La fotografía, la mejor «arma» en una guerra

La fotografía, la mejor "arma" en una guerra

(Eloy Sánchez/PERIODISTA DIGITAL).-Si algo queda incrustado en la memoria de millones de personas después de un conflicto militar es, sin duda, una imagen. El autor de la fotografía que plasma el recuerdo de la Segunda Guerra Mundial, Joe Rosenthal, ha fallecido recientemente, dejando un ítem gráfico; el alzamiento de la bandera en Iwo Jima.

Esta herramienta, capaz de hacer del sentir de toda una nación un espíritu euférico por la victoria o derrotado en la miseria, tuvo en Joe Rosenthal, como en tantos otros, a uno de sus mejores artífices. «Rassing the flag on Iwo Jima» ha sido la representación clave del segundo conflicto armado mundial, la IIGM.

El triunfo de EEUU quedó grabado para siempre en la retina del planeta gracias a la fotografía que Joe Rosenthal tomó de un grupo de marines estadounidenses izando la bandera de su país sobre el monte Subirachi. La ímagen se hizo el 23 de 1945 cuando los estadounidenses luchaban por hacerse con un lugar estratégico desde el que vencer a Japón.

Con aquella fotografía ganó el Premio Pulitzer. Esta semana la imagen ha vuelto a ser recordada al fallecer su autor por causas naturales a los 94 años. Muchos han escrito esta semana para recordar el trabajo de más de 40 años de este reportero gráfico. Hoy encontramos en el Washington Post, un artículo de Susan D. Moeller, autora del libro «Shooting War: Photography and the American Experience of Combat«, que recuerda cómo esta imagen influyó en la opinión pública norteamericana e hizo pensar a éstos que la guerra estaba ganada. Además de trasmitir la sensación de primera línea de combate que Rosenthalsiempre defendió.

Joe Rosenthal’s photograph not only gave Americans back home an image of what was happening on the front lines, it persuasively argued that Americans were winning.

Esta imagen se convirtió, gracias a la campaña apoyada por el presidente Roosevelt,(se colocó en más de un millón de escaparates, 200.000 fábricas y 30.000 estaciones de tren) en uno de los iconos patrióticos. El Gobierno estadounidense utilizó la instantánea de Rosenthal para alimentar el apoyo a un conflicto bélico que muchos norteamericanos se resistían a apoyar.

Joe Rosenthal, al ser preguntado por el simbolismo de su instatánea, dijo esto:

«Lo que veo detrás de la foto es el esfuerzo de llegar hasta ahí arriba. La devoción de esos jóvenes por su país y los sacrificios que hicieron»

Su hija ha dicho de él estos días que su padre siempre fue un «hombre bueno y honesto, de gran integridad», lo que viene a acallar las voces que defienden que la fotografía no fue producto de un momento espontáneo porque, como el mismo Rosenthal recuerda, ya se había colocado una bandera más pequeña antes en ese mismo lugar.

NO HUBO ESPONTANEIDAD

Algunos escritores, fotógrafos y periodistas «reprochan» a Rosenthal que la fotografía por la que consiguiese el premio Pulitzer ese mismo año no fuera espontánea sino preparada con antelación. Una de estas detractoras es Susan Sontag, una de las grandes intelectuales del siglo XX, ensayista, novelista, crítica y activista, dice en su libro Ante el dolor de los demás;

«si damos por auténticas sólo las fotografías resultantes de que el fotógrafo se encuentre en las proximidades, con el obturador abierto, justo en el momento preciso, se podrán considerar pocas imágenes de la victoria. Tómese la acción de hincar una bandera en una colina mientras la batalla toca a su fin. La célebre fotografía del levantamiento de la bandera estadunidense en Iwo Jima el 23 de febrero de 1945 resulta ser una «reconstrucción» de un fotógrafo de la Associated Press, Joe Rosenthal, de la ceremonia matutina del levantamiento de la bandera que siguió a la captura del Monte Suribachi, reconstruida aquel mismo día pero más tarde y con una bandera más grande».

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