Internet, un nuevo frente por la libertad de expresión

(PD).- Mientras la red es para millones la libertad práctica de informarse, hay Gobiernos que la reprimen y callan. Los consorcios tecnológicos son ayudantes de la represión. Amnistía Internacional ofrece resistencia.

Escribe José Ospina Valencia en Clarín,usando como fuente la Deutsche Welle:

Monitoreo de chats. Borrado de blogs. Bloqueo de páginas virtuales. Restricciones de los motores de búsqueda. Gente en prisión por escribir o contribuir con un simple pensamiento. Internet es un nuevo frente en la lucha por los Derechos Humanos.

«Algunos Gobiernos, con la ayuda de los más grandes consorcios de la tecnología digital, están doblegando la libertad de expresión», advierte Amnistía Internacional que el jueves lanzó una campaña contra toda restricción del uso de la palabra en el mundo digital.

Amnistía Internacional, en cooperación con el diario británico The Observer, quiere demostrar que tanto en la red como fuera de ella, «ni la voz ni los derechos humanos se pueden reprimir».

En efecto, la red es una gran plataforma para compartir ideas y ejercer la libre expresión. Aún así, los esfuerzos por controlarla están creciendo. Es interesante observar cómo el nuevo mapa de la represión, el de la digital, sube de tono cuando la mirada se lleva desde el Cercano, pasando por el Mediano, hasta llegar al Lejano Oriente.

¿Bloqueo electrónico a los represores?

Los países desde donde se reportan las violaciones son Túnez, Israel, Siria, Arabia Saudita, Irán, Turkmenistán, Bielorrusia, las islas Maldivas, Vietnam y China. Pero los Gobiernos represores no obran solos. Sus más fieles asistentes son las empresas que diseñan y producen los sistemas que permiten la supervisión y la censura.

¿Pero cómo ejercen presión los países sobre dichos consorcios? Según Meter Frankenthal, director de Relaciones Económicas de Amnistía Internacional, «No es que lo hagan directamente. La presión se ejerce a través del arresto de personas que hacen uso de su derecho de expresión. Y como China, en este caso, posee un mercado de más de 100 millones de usuarios, los consorcios ceden».

La libertad de expresión es un derecho fundamental, uno de los más preciados. «El que después de 45 años de lucha por la libertad de expresión un simple e-mail sea motivo de represiones es lamentable y, a la vez, motivo para levantarnos en contra», dice Kate Allen, directora de la edición británica de Amnesty International.

La historia se repite. Amnistía Internacional surgió hace 45 años tras la noticia de que dos jóvenes portugueses fueron arrestados por exigir democracia, hoy son tres chicos vietnamitas, apresados por participar en una charla virtual sobre democracia, los que preocupan a los activistas.

Campaña de firmas a Naciones Unidas

A todas éstas, también está claro que son necesarias ciertas limitaciones de la libertad de expresión para proteger otros derechos, como el de la integridad física de los niños, en el caso de la promoción de la violencia y la pornografía en Internet.

Este es pues el nuevo frente de una batalla en la que unos quieren decir lo que piensan y otros quieren acallarlos. Amnistía Internacional urge a unirse a su nueva campaña que insta a todos los gobiernos a oponerse o a eliminar la represión de la limitación injusta en Internet.

En noviembre próximo esta ONG presentará el resultado de su campaña de firmas a Naciones Unidas con la esperanza de que se firme una convención que ejerza presión sobre los obstaculizadores de Internet. No son pocas las voces que inspiradas en los bloqueos económicos o de armas, proponen un bloqueo electrónico de los países infractores.

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