(PD/Agencias).- El presidente de Bolivia, Evo Morales, ofreció el pasado fin de semana una curiosa imagen al demostrar su afición al deporte rey. Jugo un partido, contra mujeres, anotó tres goles y se apuntó una tarjeta amarilla.
Como Bolivia no disputó el pasado Mundial, sus aficionados tuvieron que conformarse viendo a su presidente en un equipo de funcionarios del Palacio de Gobierno, que se enfrentó a la selección femenina de la Alcaldía de La Paz, a la que derrotaron por 6-2 en la inauguración de unos campos deportivos.
Morales, que cambió la «champa» a rayas por una camiseta con el número diez, logró marcar dos goles, pero también vió una tarjeta amarilla por hacer una falta malintencionada a una jugadora rival.