Ay…esos baños de Pedrojota

Ay...esos baños de Pedrojota

Felipe Valdés, Periodista Digital.- Raro es que Elconfidencial.com, diario online que dirige Jesús Cacho y que fundó José Antonio Sánchez, deslice una crítica a Pedrojota Ramírez, pero este fin de semana le sacude duro. El motivo: la pisicna ilegal, que el director de El Mundo se ha hecho construir en su mansión de Mallorca, vulnerando la Ley de Costas, que la ministra Narbona pretende legalizar.

El título de la pieza es «Los baños de Pedro J.». La firma Juan Carlos Escudier, antiguo redactor jefe de El Mundo y agudo periodista, quien ya en ocasiones anteriores le dío lo suyo a su antiguo jefe. En esta ocasión, Escudier usa un humor casi tan ácido como fino, para describir uno de los casos de abuso de poder y de parcialidad oficial más llamativos de los últimos años.

La nadana de Elconfidencial de Jesús Cacho a Pedrojota, llega justo cuando los directores de los colegios de Son Servera anuncian que no se fían del director de El Mundo y que no apuntaran a sus escolares en las toruenees que este propone a su piscina.

Al menos esta es la voluntad de los directores de las dos escuelas del término municipal, Jaume Fornaris de Son Servera y Antoni Cabrer de Na Penyal de Cala Millor.

Ambos docentes coinciden en calificar de «absurdo» e «irreal» el proyecto impulsado por el periodista y muestran su rechazo ante la resolución del Ministerio de Medio Ambiente. El conseller de urbanismo del Consell de Mallorca ha declarado que la Resolución de Narbona equicvales a «abrir la puerta a la indisciplina urbanística».

Bartomeu Jaume, director del colegio público Jaume Fornaris de Son Servera:

«Me parece muy extraño este proyecto. No es normal que intenten utilizar los niños del pueblo para tapar una cosa que no es legal. Es una especie de maquinación o tapadera. Creo que detrás se esconden otras cosas y las escuelas no hemos de entrar en este juego».

Antoni Cabrer, director de Na Penyal:

«me parece fatal y no iremos a visitar ninguna piscina de estas características. Es absurdo el proyecto y no puedo entender por qué implican a los colegios en este asunto».

«Los baños de Pedro J.».

Los demócratas del mundo, los defensores de la unidad de España y, en general, quienes piensan que el bañador del diputado de Esquerra Joan Puig debería estar prohibido por la ley de Costas están de enhorabuena. Pedro J. Ramírez ha ganado su singular batalla naval cual moderno Francis Drake, que era bastante pirata pero muy patriota. La ministra Narbona ha resuelto que la piscina que da brillo y esplendor a la propiedad mallorquina del director de El Mundo, enclavada casualmente en suelo público, sea gestionada por el propio Ramírez. De hombre tan preparado sólo cabe esperar que el éxito coronará sus nuevas ocupaciones como gestor de baños públicos y privados, que de todo habrá, al parecer, en el celebérrimo aljibe.

La resolución establece que la piscina tendrá uso público los meses de mayo, junio, septiembre y octubre, pintiparado periodo para que “escolares de la zona” en número no mayor de diez, acompañados de un monitor y durante el improrrogable plazo de dos horas puedan zambullirse en sus procelosas aguas, que tendrán que ser saladas y no dulces por prescripción gubernativa.

El pobre periodista no sólo tendrá que pagar un sistema de renovación hídrica mediante energía solar sino que habrá de dar trabajo a un operario para que abra la puerta a los retoños, además de transformar un trastero en aseo por si se presentasen aguas menores indeseadas. No se explicita si el gestor podrá resarcirse de los gastos expendiendo refrescos y helados a los visitantes.

Como es fácil de suponer, el asunto trasciende a la propia piscina y entra de lleno en el modelo territorial del Estado. El propio Ramírez explicó en su día que la cruzada de los independentistas catalanes contra su zona de remojo no tenía por objeto nacionalizar el remanso sino coaccionarle por su obstinada defensa de la unidad de España.

En consecuencia, el establecimiento por parte de Medio Ambiente de medidas tan draconianas para un patriota que a nadie hacía daño ocupando el suelo de todos sólo puede significar una cosa: el Gobierno ha pagado un precio político a Carod-Rovira y a sus secuaces.

Sin dudar ni por un momento del irrefutable argumento del periodista, algún malintencionado podría preguntar por qué ese ensañamiento contra él, por qué la turbamulta no ha dirigido también sus coacciones acuáticas contra otros adalides de la Constitución, especialmente si dirigen medios de comunicación o conducen programas de radio y defienden con parecido ardor al suyo la indisolubilidad de la patria común.

Los maledicentes responderán que porque es el único que tiene una piscina en una propiedad pública, pero el motivo parece demasiado simple para ser real.

Cuesta poco imaginar la película de los hechos. Ramírez busca un merecido lugar de reposo estival y encuentra en Mallorca el refugio perfecto. Cuando se dispone a comprar la finca, hace ahora casi seis años, constata con sorpresa que la piscina que la acompaña no forma parte de la propiedad. Huelga decir que jamás se había enfrentado a contrariedad semejante en su corta experiencia inmobiliaria.

Ni la modesta vivienda que había adquirido en Madrid a Juan Villalonga en pleno Paseo de la Castellana ni los humildes apartamentos de París y Londres le ocasionaron contratiempo alguno. Cualquier otro hubiera desistido, pero el periodista espera a que el Ministerio de Medio Ambiente, dirigido entonces por Jaume Matas, casualmente amigo y compañero de paddle, otorgue una concesión para el uso del espacio público ocupado por la alberca. La concesión llega en el momento oportuno. Sólo entonces adquiere la casa. Nos hallamos –como queda acreditado- ante un ciudadano ejemplar, que jamás usaría su posición y su cargo para conseguir un trato de favor de esta envergadura.

He aquí la explicación de por qué entre las más de 10.000 piscinas, embarcaderos y solariums que, según asegura El Mundo, se encuentran en Baleares dentro del dominio público apenas un puñado cuenta con la correspondiente autorización administrativa. Ramírez no comulga con ilegalidades. Cuando, en desigual combate, ha de enfrentarse con la administración autonómica para que asfalte el camino que conduce a su domicilio lo hace con gallardía, a pecho descubierto y por el interés general. Así es este hombre incomparable, al que no se le resisten ni las infraestructuras.

Parafraseando a Aznar, quien decidió que Pedro J. y su piscina –o casi suya- fueran el objetivo de las bárbaras acometidas independentistas no se esconde en montañas o en desiertos lejanos. Dentro de este maquiavélico plan de desestabilización democrática, estaba previsto que, de nuevo, el diputado Joan Puig tomara al asalto la piscina, ataviado en esta ocasión con un bañador de Ágatha Ruiz de la Prada para aumentar el desconcierto. El periodista, que no se arredra, ha llevado el primer remojón de Puig ante el Supremo y ha vuelto a denunciarle de manera preventiva. Y todo por España, a cuya defensa ha consagrado su existencia.

Conociendo estos antecedentes, la decisión del Ejecutivo de imponerle una ración de chiquillería durante cuatro meses –tres si se tiene en cuenta que los niños acaban el colegio a mediados de junio y regresan a clase a mediados se septiembre- es un castigo innecesario y una rendición ante los separatistas. Ramírez, como él mismo ha proclamado, está sometido a especiales medidas de seguridad. ¿Quién puede asegurar que algún malhechor no se disfrace de monitor -o de niño si es bajito- para realizar sus fechorías en su residencia? Que Narbona no busque excusas para regatear 350 metros cuadrados a un servidor del Estado. En mi nombre, no.

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IU y ERC llevan al Congreso la piscina de Pedrojota

La polémica piscina que el director del diario El Mundo tiene en su residencia de Mallorca ha unido a Izquierda Unida (IU) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que exigirán la comparecencia urgente del director general de Costas, José Fernández.

La solicitud firmada por ambos grupos parlamentarios ya está registrada en el Congreso y, con ella, pretenden que la Diputación Permanente se pronuncie sobre la convocatoria extraordinaria de la Comisió de Medio Ambiente. IU y ERC quieren escuchar la versión del director general de Costas sobre la reciente regulación del uso público de la piscina de Ramírez. Esta iniciativa se suma a la pregunta que ha enviado al Gobierno el portavoz parlamentario de Iniciativa per Cataluña, Joan Herrera.

Horario de baño
Esta semana, el Ministerio de Medio Ambiente comunicó, con una controvertida resolución, que la pileta debería cederse a un reducido grupo de escolares, durante dos horas y acompañados de un monitor, en los meses de mayo, junio, septiembre y octubre. El resto del año, el Gobierno permite el uso privado al director de El Mundo.

Por seguridad
La decisión, explicaron en Medio Ambiente, respondía a criterios de seguridad del Ministerio del Interior, que pidió tener en cuenta las circunstancias personales de Pedro J. Ramírez. La decisión y las explicaciones del Ejecutivo han molestado sobremanera a quienes defienden el uso público sin restricciones de la piscina, por estar construida en plena costa mallorquina.

Críticas socialistas
Las críticas a la ministra Cristina Narbona también han llegado en los últimos días de la federación balear del PSOE. El secretario de Organización del PSIB, Cosme Bonet, afirmó en elplural.com que su militancia entendía que se «ha creado una situación de privilegio», en favor de Ramírez.

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