(Eloy Sánchez/PERIODISTA LATINO).-El diario argentino Clarín se ha lanzado con todo hoy para denunciar los abusos policiales que existen en el país, para así «prevenir y sancionar las irregularidades que ocurren en las fuerzas de seguridad«.
Para interés del lector, este es el editorial de uno de los periódicos más importantes e influeyentes en América latina. En él se observa un incisivo intento por despertar en todos los argentinos una conciencia social en contra de las desproporcionadas actuaciones policiales, judiciales y penitenciarias de Argentina.
A través del funcionamiento eficiente de los diversos dispositivos de control se puede lograr mejorar el desenvolvimiento de instituciones que están atravesadas por actuaciones abusivas.
El firme ejercicio del poder de control es especialmente necesario para prevenir y sancionar las irregularidades que ocurren en las fuerzas de seguridad.
Los problemas y deficiencias de la policía argentina son temas de análisis frecuentes en este país.
Los miembros de las dependencias policiales y penitenciarias cuentan con sistemas de control interno, destinados a verificar el cumplimiento de las normas legales. Estos mecanismos deberían encontrarse en mayor medida abiertos y a disposición de la comunidad, brindando garantías y logrando contribuir a la depuración de las fuerzas a través del ejercicio de las facultades disciplinarias propias del orden administrativo.
Para estos fines, debe promoverse la transparencia y erradicarse un mal entendido espíritu de cuerpo que puede favorecer la complicidad y, en definitiva, promover la comisión de irregularidades.
Pero, además, es imprescindible que funcione con firmeza el control externo que está dado por la Justicia, ámbito que tiene en sus manos la investigación y la sanción de las transgresiones a la ley. Si fallan ambas instancias de control, la impunidad termina alentando los abusos y los actos de corrupción. En cambio, un control eficaz puede lograr, además de la sanción de los responsables, cambios en la cultura de los servidores públicos.
Un ejemplo de esto último es el caso los miembros de la Policía Federal acusados de realizar operativos en los cuales se habría culpabilizado a personas inocentes, con el fin presunto de aumentar las estadísticas delictivas para obtener más presupuesto.
Trabajadores y chicos de la calle habrían sido las víctimas elegidas por seis policías, los cuales ahora serán sometidos a juicio oral. Todas las víctimas fueron finalmente absueltas, y recién ocho años después de los hechos los policías deberán enfrentar el proceso judicial.
Tanto del orden administrativo como del judicial se necesitan reacciones más comprometidas, que con decisión y celeridad persigan las irregularidades y contribuyan a una mejora de la actuación de las fuerzas policiales.
Un firme ejercicio del poder de control administrativo y judicial es necesario para prevenir y sancionar las irregularidades que ocurren en las fuerzas de seguridad. De este modo, se podrá enderezar una cultura habituada a los abusos.
