Dialogar o no, con los terroristas

Tania Ferrández y Yesica Jiménez (PD).- El diálogo con los terroristas está levantando ampollas en el panorama político nacional. Pero las repercusiones de la tormenta de Moncloa se deja ver, también, en los medios de comunicación. Los «daños colaterales» se pueden percibir a simple vista ojeando la prensa diaria.

El País reslata la reunión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con Batasuna para solicitarle que se legalice y hace énfasis en que la negociación se llevará a cabo dentro del marco de la legalidad y de la Constitución. El PP se opone rotúndamente, a pesar de que el PNV opine que debería formar parte del proceso:

La reunión entre el líder de los socialistas vascos, Patxi López, y el dirigente de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, se celebrará en «los próximos 10 días», probablemente antes del 12 de julio, según indicaron fuentes de la dirección a este periódico. «La reunión con Batasuna no es pagar precio político, es una inversión política por la paz», dice un alto dirigente socialista conocedor del proceso. El líder del PSE-EE trasladará a los máximos representantes de la izquierda abertzale la necesidad de que den el paso para reformularse legalmente, algo que Batasuna ya tiene asumido.

Se hace efectiva la voluntad de Euskal Herría. Zapatero se reunirá con Batasuna el próximo martes, acatará los deseos del pueblo vasco, con independencia de lo que opinen los españoles. Eso sí, antes de nada, Batasuna deberá de «cambiar el nombre» para comenzar los trámites del diálogo. Esta es la valoración que hace el diario El Mundo a cerca del proceso de paz.

El diario publica:

El portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, pidió ayer al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que no ponga «ningún límite a la decisión de los ciudadanos vascos, respetando sin condición alguna el proceso que se abra» en Euskadi, y exigió a la vez el abandono del «acoso político, social y judicial».
El líder abertzale, que valoró «muy positivamente» el anuncio hecho por Zapatero de abrir el diálogo con ETA, atribuyó esta decisión a «un triunfo democrático de Euskal Herria y del conjunto de la ciudadanía».

Así mismo, en cuanto al derecho de autodeterminación de los vascos, el periódico resalta que Zapatero «respetará la decisión de los vascos»:

Fuentes de La Moncloa explican que se trata de que Zapatero impulsará en septiembre una ponencia entre los partidos legales vascos para elaborar un proyecto de Estatuto vasco, con un proceso similar al seguido en Cataluña. A esa ponencia es a la que Zapatero intenta reconducir la mesa de partidos que exige ETA y Batasuna, al margen del diálogo que abrirán de forma secreta el Gobierno y la organización terrorista. No estará Batasuna si todavía no respeta la legalidad de la Ley de Partidos y terminará en un referéndum como cualquier reforma estatutaria. La diferencia es que Zapatero se comprometió anteayer a respetar lo que decidan los partidos vascos. O sea, que se compromete a aprobar en las Cortes el texto que proceda del País Vasco siempre y cuando reúna los requisitos que estaban contenidos en la intervención de Zapatero de anteayer

Abc apuesta por la descalificación al Gobierno y reseña que está siguiendo «el guión establecido» de Batasuna:

Como si estuvieran celebrando una victoria, conscientes de que el rumbo tomado por Rodríguez Zapatero sigue la senda marcada por Batasuna en Anoeta, sus dirigentes comparecieron ayer sonrientes en San Sebastián para leer un documento en el que se considera la declaración realizada por el presidente del Gobierno como «un triunfo democrático de Euskal Herria y del conjunto de su ciudadanía». Según leyó Arnaldo Otegi, en alusión directa y personal al jefe del Ejecutivo, Zapatero «ha realizado una declaración fundamental para la resolución del conflicto al asumir el compromiso de respetar lo que la ciudadanía vasca decida con respecto al futuro»

En otra noticia relacionada critica que Zapatero mantenga ocultos los nombres de los interlocutores en el proceso:

El presidente del Gobierno no dará a conocer los nombres de sus interlocutores con ETA, según han confirmado a ABC en medios oficiales. La decisión adoptada es mantener las identidades en secreto como mejor manera de que esas personas se vean «libres de presiones» y como garantía de seguridad incluso personal. En este aspecto concreto, José Luis Rodríguez Zapatero toma distancia de lo realizado en su día tanto por Felipe González como por José María Aznar. En ambos casos, la opinión pública tuvo información puntual de los integrantes del equipo del Gobierno, aspecto en el que fue casi paradigmático lo ocurrido en 1998, cuando Moncloa puso nombres y apellidos al acta levantada por ETA de la única reunión, de tres horas, celebrada con los enviados de Aznar. En esa acta, redactada por Belén González Peñalva, constan los enviados de Aznar como interlocutor I, II y III, sin asignación de identidad

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