(PD).- Y parece que el reto lanzado por Federico Jiménez Losantos a Alberto Ruiz-Gallardón para acudir a los micrófonos de la COPE no va a ser recogido.
La encuesta que publicaba el martes Elconfidencial.com daba un resultado meridiano. A la pregunta «¿Debe Gallardón aceptar la oferta de Losantos para ir a COPE?», el 84% contestó «sí», frente a un 16% que dijo que «no». Pero la abrumadora mayoría del «sí» no tendrá reflejo concreto.
Gallardón «sí» debería ir a la COPE
Lo que prometía convertirse en un acontecimiento radiofónico por todo lo alto, algo así como el partido del año o la boda del siglo, el apasionante cara a cara entre dos personajes de labia y nivel cultural más que probado, no tendrá, por desgracia, lugar.
Pero «pasa»
El alcalde de Madrid ha decidido no aceptar la invitación, a pesar de que la única caución puesta por el popular locutor a su presencia en los micrófonos de La Mañana de COPE consistía en pedir disculpas, en privado, a Mercedes Aranda, la eficaz colaboradora de Jiménez Losantos, cuya profesionalidad fue puesta en cuestión por Ruiz-Gallardón la última vez que compareció en la COPE.
Porque Federico «se ha pasado de la raya»
En el entorno del alcalde aseguran que don Alberto ha «encomendado su alma» al juez en cuyo juzgado caiga la querella por injurias que presentó contra el periodista, y que no va a acudir a la COPE:
«Porque hay fronteras que no se pueden sobrepasar y Federico lo ha hecho, de modo que el alcalde está dispuesto a arrostrar el daño que desde el punto de vista electoral pueda hacerle Losantos desde los micrófonos de la COPE, porque se trata de una cuestión de honor y dignidad personal».
Lo cierto es que el enfrentamiento entre ambos impregna hoy la vida del Partido Popular y la mediatiza, al haber cristalizado en esa disputa la pugna soterrada que en su seno se vive entre ‘halcones’ y ‘palomas’, pulso cuya intensidad viene acrecentada por la dureza de la oposición que, como es sabido, desgasta bastante más que el poder.
Federico todopoderoso
Que esto es así, que el «con Federico» o «contra Federico» se ha convertido en un asunto central para el futuro electoral del PP quedó el sábado pasado de manifiesto con motivo de la concertación convocada por la AVT en la plaza de Colón de Madrid, acto en el que el alcalde fue abucheado por un nutrido grupo de personas al grito de «Federico, Federico», y no sin que el propio aludido hubiese publicado por la mañana una columna pidiendo a sus fans que ignoraran al señor alcalde, para no darle argumentos victimistas.
Entre dos aguas
Lo interesante, desde el punto de vista de los meros observadores de este apasionante pulso, es que semejante choque de trenes va a obligar a la dirección del Partido Popular a definirse y tomar partido entre ‘halcones’ y ‘palomas’, entre ‘partidarios de Federico’ y ‘detractores de Federico’, porque nadie cree que Mariano Rajoy pueda pasar mucho tiempo haciendo la esfinge y mirando hacia otro lado, dentro de la mejor tradición gallega que le avala.
Las fuentes cercanas al alcalde aseguran que:
«Rajoy le ha dedicado palabras muy cariñosas de ánimo, al mismo tiempo que se ha manifestado en términos muy duros con la conducta del locutor, pero eso siempre en privado, claro está, y la verdad es que se echa en falta una declaración pública de apoyo a Ruiz-Gallardón, declaración que, hasta el momento, no se ha producido, e incluso alguna gestión ante la propiedad de COPE«.
Moderado PP
En el fondo, en el enfrentamiento entre el político y el locutor subyace, ni más ni menos, la orientación de la tarea de oposición a desarrollar por Rajoy en el inmediato futuro. El Gobierno Zapatero da por descontado que no va a contar con el apoyo del líder popular en las conversaciones de paz con ETA, pero como en el Gobierno hay más talento político del que creen algunos, lo van a seguir invitando a Moncloa, lo cual coloca a Rajoy en una posición muy difícil: acudir a la llamada de Zapatero, como piensa el sector moderado del PP, o negarse en redondo, como piensa el sector duro, con Losantos a la cabeza.
Acudir es muy arriesgado, porque supone someterse de nuevo a las operaciones de engaño político que acostumbra utilizar el leonés. Pero rechazar esa invitación es difícilmente explicable en términos de normalidad democrática. Complicada papeleta la de Rajoy, que sin duda dará oportunidad al famoso locutor de la COPE de volver a zaherirle con su conocido apelativo de ‘maricomplejines’.
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