(PD).- El ex secretario de Estado de Comunicación sigue haciéndole trabajitos a su amigo presidente. Su mano fue bien visible en la última entrevista enciclopédica de Pedrojota para `El Mundo´.
Si hay funcionarios poco dados a las adhesiones personales, son los de La Moncloa, porque allí los cambios de altos cargos suelen ser frecuentes. Pero el caso del que fuera hasta hace unos meses secretario de Estado de Comunicación, Miguel Barroso, ha sido bien distinto. Y es que sigue volviendo por allí a colaborar con su amigo y jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, según publica El Semanal Digital.
Barroso tuvo una participación activa en la cocina de la entrevista enciclopédica y por entregas que el director de El Mundo, Pedrojota Ramírez, hizo el pasado abril a Zapatero.
El sagaz periodista empleó cinco horas de conversación para descifrar las trazas, la conducta y el pensamiento del jefe del Ejecutivo. Pero necesitó algunas más Barroso a la cabeza de un pequeño equipo de confianza para preparar con antelación sus pormenores. Esto es, las respuestas del entrevistado.
No en vano, tal y como suele ser habitual, el cuestionario en líneas generales es remitido con antelación a La Moncloa. Y el caso de Pedrojota Ramírez no fue una excepción. Desde luego, el titánico esfuerzo de Barroso se vio recompensado con el logro de nada menos que diez páginas en dos entregas sucesivas en el rotativo. Los lectores de El Mundo tuvieron una oportunidad de oro para mejorar notablemente su grado de conocimiento de Zapatero.
Claro que al ex secretario de Estado de Comunicación también se le atribuye la autoría intelectual de esa frase pronunciada por el jefe del Ejecutivo en la que afirmó que la foto de la socialista Gemma Zabaleta con una dirigente de Batasuna, Jone Goirizelaia, es el futuro y la de Rosa Díez con Pilar Elías -esposa de Ramón Baglietto, asesinado por la banda terrorista ETA-, el pasado. La cosa levantó polémica pero no le chirrió a Zapatero, que no cejará en llevar a su fin su pacto de hierro con nacionalismos -para casi todos- centrífugos.
Encantado de haberse conocido, quien fuera el responsable de la imagen del Gobierno sigue parapetado en el «lado más oscuro» del poder, a buen recaudo del juicio crítico de los ciudadanos.
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