EEUU se blinda ante la inmigración

Susana Mendoza (Periodista Digital).-Bush está ante una encrucijada. Debido al vertiginoso descenso de su popularidad, se ha visto obligado a tomar medidas que agraden a los sectores más conservadores del país, que son en definitiva sus votantes más directos. Pero la reforma planeada para la ley de inmigración ha chocado de lleno con los intereses de los hispanos, que son también unos votantes potenciales.

El despliegue de más de 6000 soldados a lo largo de la frontera con México, según La Razón y la construcción de un muro que bordeará los dos países son las dos enmiendas que se han incluido en los últimos días. Esto se debe sobre todo a la necesidad de la Casa Blanca de congraciarse con la base del Partido Republicano.

El Senado tendrá que negociar

Pero todavía no se sabe si las otras medidas para reformar la polémica ley de inmigración verán por fin la luz. El Senado tendrá que negociar con la Cámara de Representantes las reformas que aprobó en diciembre y que suscitaron las protestas masivas de los inmigrantes en todo el país. Mientras se negocian las propuestas del Senado, a Bush le llueven las críticas desde su propio partido. El congresista James Sesenbrenner, autor de la ley aprobada en diciembre, ha dicho:

Bush ha dado la espalda a las cláusulas de la propuesta aprobada por la Cámara Baja, muchas de las cuales fueron pedidas por la Casa Blanca.

La llamada “ley Sesenbrenner” criminaliza la entrada ilegal de inmigrantes en EE UU, e impone multas exorbitantes a los empresarios que contraten a sin papeles; esta ley no contempla ningún tipo de trabajo temporal y prevé la construcción de una valla entre los dos países. El presidente mexicano, Vicente Fox, ha expresado su disgusto por la construcción de este muro, que según el mandatario no conseguirá evitar que los sin papeles crucen la frontera.

Así, Bush se encuentra entre la necesidad de satisfacer a los Republicanos, que exigen más controles para los inmigrantes y a atender a la enorme presión generada por las manifestaciones contra esta ley. Sobre todo porque se acercan las elecciones de ecuador en noviembre, que decidirán si Bush tendrá mayoría en el Congreso o su partido se queda en minoría sin posibilidad de aprobar nuevas leyes.

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