Moraleda tira la piedra, hace daño, y se esconde detrás de “un error técnico”

Moraleda tira la piedra, hace daño, y se esconde detrás de “un error técnico”

Miguel Pato (Periodista Digital)-. El pasado viernes, Eduardo Zaplana palidecía cuando empezó a escuchar como diversos medios le vinculaban directamente en actos delictivos relacionados con el “caso Terra Mítica”. Poco después, un vahído le invadió al enterarse de que la fuente era un sms de Moraleda a sus amigos periodistas. La cara del portavoz del PP tuvo que ser todo un poema cuando el propio Moraleda le llama por teléfono para decirle que fue un error técnico.

El titular que la Secretaria de Estado de Comunicación remitió al grupo de informadores asiduos a sus ruedas de prensa, y que poco después reproducía la Cadena Ser, decía textualmente:

Dos empresarios imputados en el ‘caso Terra Mítica’ relacionan a Zaplana con el cobro de comisiones ilegales.

El daño estaba hecho. Acto seguido, el implacable Moraleda llama por teléfono al damnificado para pedirle disculpas. Rectificar es de sabios pero ¿hasta qué punto? El sistema de alertas por sms de la emisora lo había difundido y poco tardó en llegar al resto de medios de comunicación.

Moraleda explicó a Zaplana que todo formaba parte de un “fallo técnico” que motivó la salida del titular que le inculpaba en el “caso Terra Mítica”. La excusa es que se habían mezclado las alertas a los periodistas con los mensajes del servicio de seguimiento de medios.

Algo parecido a cuando te gastan una broma y después de un rato haciéndote sufrir, un gracioso te dice que mires a tu derecha para ver la cámara oculta con la que te han dejado en evidencia. La diferencia es que esto ocurrió en La Moncloa, no en la productora de Inocente Inocente.

Fuentes de la Secretaría de Estado de Comunicación explicaron que

Un error técnico fue la causa de que el sistema de alertas a través de mensajes de texto para teléfonos móviles (SMS) que utiliza habitualmente este departamento para convocar a periodistas a actos informativos incluyera el envío de una serie de titulares periodísticos.

En el diario digital de menorca Es Diari, Juan Carlos Navarro Muñoz escribe un incisivo artículo sobre las formas del secretario de Estado de Comunicación. En el texto “Dulces Comunicaciones” recrimina a Moraleda esta “utilización de las nuevas armas tecnológicas de intoxicación masiva”.

Tirar la piedra y esconder la mano con la excusa de la disculpa, es método consuetudinario de la doble moral del relativismo interesado. El hábito dicen que hace al monje. Moraleda como pequeño agricultor representativo, avanza como agrimensor del despropósito con su anterior traje.

Santos errores técnicos

Además, no es la primera vez que este tipo de “errores” suceden con la oposición como blanco ineludible. Desde el puesto de mando de Fernando Moraleda, en más de una ocasión, se “cuelan” titulares de noticias entre las convocatorias para los periodistas. Los protagonistas de las mismas suelen ser Zaplana, Acebes o Rajoy.

Pasan desapercibidos porque son notas del devenir de la política. Declaraciones de la oposición relacionadas con la pugna de los temas del día. Como dice aquella canción del cantautor guatemalteco Ricardo Arjona: “Tú me dices, yo te digo, y así empieza nuestra guerra cotidiana”.

La diferencia con lo antedior reside en que esta es la primera vez que a través del teléfono móvil se implica en un delito a un miembro de la oposición. El objetivo de Moraleda es que como mucho pase por un patizano más en su carrera como alto cargo del Gobierno socialista.

El problema radica en que, a pesar de las disculpas y las llamadas, Monloa podría haber sembrado la duda sobre la inocencia de Zaplana en un caso como el Terra Mítica en el que desde que se pasó a la política nacional el PSOE intenta implicarle. En El Confindencial, Jesús Cacho reflexiona sobre este asunto y explica que la intencionalidad de este mensaje desde Moncloa no es otra que

A Zaplana le acababa de caer encima el diluvio universal que tanta gente, durante tanto tiempo, le andaba augurando. ¿Final de su carrera política, precisamente en el momento en que en los ambientes del aznarismo militante se empieza a barajar su nombre como sustituto de Mariano Rajoy? ¿Casualidad?

«Acciones penales»

Cuando la Secretaría de Estado se dio cuenta de este funcionamiento erróneo de su sistema de alertas, remitió un nuevo mensaje de móvil a los mismos periodistas, con el siguiente contenido:

Por fallos en el sistema, se han enviado varios SMS erróneamente. Rogamos disculpas. Gracias.

Sea como fuere el origen de este “error”, la premura, la falta de previsión o sencillamente que nuestro Gobierno utilice algo tan impreciso como un sms para informar, le ha dado a Zaplana la oportunidad de vadear el temporal. Al mismo tiempo que a Moraleda le ha salido el tiro por la culata.

Porque si es cierto que el tema Terra Mítica es un asunto que el Ejecutivo podría haber utilizado contra Zaplana. Pero la estrategia del antiguo sindicalista deja bastante que desear. Tanto que un arma política de este calibre, propia y asumida en la pugna por el poder en un Estado, se ha quedado en agua de borrajas una vez más.

Y es que el portavoz en el Congreso del PP anunció que adoptará “acciones penales” contra los empresarios que le han relacionado, en unas grabaciones, con el supuesto fraude de facturas que se investiga en Terra Mítica. Amén de actuar contra dos diputados socialistas que las han utilizado para presentar una denuncia ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV).

Métodos “bastardos y asquerosos”

Estos traspiés del Gobierno están mermando poco a poco la paciencia de la oposición. Una cosa es la lucha dialéctica, la refutación de argumentos o el cruce acusaciones y otra es sembrar en la sociedad dudas sobre la legitimidad o no de unos políticos basándose en “errores”.

Porque estos errores, según se comenta en diferentes medios desde hace semanas, padecen de todos los síntomas propios de una cortina de humo. Una fórmula habitual para devíar la atención de la sociedad. Así, en ABC reseñan como gracias a esta campaña de acoso y derribo a Eduardo Zaplana

El Grupo Popular se encontró así con un argumento más para acusar al Gobierno de intentar parar las protestas de la oposición por «el caso Bono» por procedimientos irregulares e incluso «chapuceros» con el acoso a Zaplana.

Pero el ex president de la Generalitat valenciana ha asegurado que el fiscal le ha aclarado que de esta denuncia «no se desprende ninguna diligencia abierta» contra él. Tras considerar que estos métodos del Ejecutivo son “bastardos y asquerosos”, va a pedir la comparecencia parlamentaria de la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, para que explique ¿por qué desde La Moncloa se han enviado mensajes a periodistas alertándoles de esta noticia? Es decir, por qué se emplean los servicios del Estado para desecraditar de esa forma al Partido Popular.

Caso Terra Mítica

Desde que Eduardo Zaplana diera el salto desde la política regional en Valencia a la nacional en el segundo mandato de José María Aznar, el PSOE no ha cejado en el deseo de ver como al actual portavoz en el Congreso del PP le salpica el “caso Terra Mítica”.

No es cuestión de entrar en el debate si tuvo o no algo que ver con aquello. La justicia es el tercer poder del Estado con potestad para emitir juicios de este tipo. Pero el PSOE por culpa de las cuestionables formar de Fernando Moraleda puede haber quedado desacredita para seguir hurgando en la herida.

Las sospechas se basan en acciones irregulares de un grupo de empresas relacionadas con aquel tema. Si bien, ya en su día la Agencia Tributaria archivó el tema por “defectos de forma”. Más tarde fueron los diputados socialistas, que habrían trabado relación con dos de esos empresarios, los que presetaron una denuncia en el Tribunal Superior de Justicia de Valencia contra Zaplana.

Según explica un artículo Almudena Negro en Diario Siglo XXI

Hay que leerse la denuncia que han presentado dos diputados socialistas ante la Fiscalía valenciana. Porque no hay por dónde cogerla. En ella no hay prueba alguna, sino una sarta de cotilleos y unas cintas cuya trascripción, según figura en la denuncia, es… ¡aproximada!

Y es que de estas cintas se desprende que no hay prueba alguna –lo afirman los propios socialistas en su denuncia-, que todo es un mero cotilleo de barrio y, encima, que podría haber habido promesas de arreglar asuntos judiciales de por medio.

El mensajero

Fernando Moraleda es un secretario de Estado de Comunicación cuya tarea, desde el principio, ha sido más la de un portavoz del Gobierno. Es una medida inteligente porque hasta ahora esta función la desempeñaba casi siempre De la Vega. Es decir, mejor quemar a Moraleda que a la vicepresidenta del Gobierno.

Es importante contar un mensajero que pueda exponerse a las críticas que desde la oposición puedan suscitar las declaraciones intitucionales en torno a cuestiones candentes y que requieren de un enfoque muy delicado como la tregua de ETA. Hasta aquí todo bien y es de recibo no matar al mensajero.

Pero el caso de Fernando Moraleda se antoja diferente. Sus métodos para transmitir ese mensaje son lo que le pierde. Lo ocurrido con los mensajes de sms es la gota que ha colmado de la paciencia de la oposición que ve como este mensajero emplea cualquier excusa para derribar a la oposición. Incluso, admitiendo que ha incurrido en un error. Pero un error del que se disculpa pero del que no se responsabiliza.

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