«A Borges le incomodaba su reputación de escritor frígido»

«A Borges le incomodaba su reputación de escritor frígido»

(Felipe Valdés, Periodista Digital).- La abundancia de biografías sobre grandes personajes ha generado una cierta desconfianza ante el lector. Pero hay escritos que bien valen la pena detenerse, bucearlos, masticarlos. Y parece ser este el caso del británico Edwin Williamson y su “Borges, una vida”. Clarín nos pone la miel en los labios.

El rotativo argentino publica este sábado una entrevista de Matías Repar al escritor británico, Edwin Williamson, que deja al descubierto un Jorge Luis Borges casi desconocido para sus leales admiradores. Una lectura de tarde de sábado:

—¿Por qué cree que muchos seguidores de Borges se resisten a conocer su vida privada?

—Todavía hay una desconfianza en el género de la biografía literaria entre muchos críticos universitarios, algo que los críticos norteamericanos de los años 40 y 50 llamaron la falacia biográfica. El mismo Borges dijo que «sería ridículo negar las posibilidades de la biografía». En sus ensayos dantescos, sostiene que la Divina Comedia fue un intento de Dante de compensar su rechazo por parte de Bice Portinari, la mujer que admiraba y presunta modelo de Beatriz.

—¿Puede variar la valoración de la obra al conocer detalles de su vida privada?—Sí. Saber que Borges no asistió al colegio hasta los once años y que se pasó tanto tiempo leyendo solo en la biblioteca de su padre, puede servir para ampliar nuestra percepción del tema de la irrealidad en su obra. Descubrir la base autobiográfica que puede haber en los textos de un escritor puede servir precisamente para apreciar la distancia entre vida y obra, lo que nos puede dar una mejor idea de las transformaciones de la imaginación sobre la mera experiencia.

—¿Cómo aparece en su vida?

—Lo leí por primera vez cuando era estudiante universitario, a principios de los 70, cuando la editorial Penguin publicó la antología Labyrinths, que tuvo un éxito enorme en Gran Bretaña. Por esos años, también salieron dos películas inspiradas en sus obras: La Estrategia de la Araña de Bertolucci y Performance con Mick Jagger. Eso lo puso muy de moda entre los jóvenes.

—Su libro es también una historia sexual de Borges…

—A Borges le incomodaba la reputación de escritor frígido y cerebral. Lo que me propuse fue demostrar que el deseo, la sexualidad y el amor no están ausentes en su obra y constituyen el origen de su escritura. Buscaba en el amor una salida a esa sensación de aislamiento y de irrealidad que lo oprimía. Su primera novia en Ginebra, el traumático rechazo de la escritora Norah Lange, su turbulenta relación con Estela Canto y su larga relación con Kodama dejaron huellas en su obra.

Williamson acierta al explicar como la posición política de Borges es mas compleja y trágica de lo que se cree: hijo de una familia liberal, en su juventud se ubica ideológicamente a la izquierda y se opone ferozmente tanto al fascismo de Europa como al nacionalismo en Argentina, hasta que llega Perón.

—¿Por qué lo odiaba?

—Creo que Borges no comprendió el alcance político de la revolución social que Perón desencadenó en los años 50 y se empeñaba en considerarlo simplemente un dictador, el Rosas de su época. Tenía una especie de fijación con la Revolución Libertadora del 55, la veía como el preludio a la creación de un sistema de democracia liberal que, decía, no había echado raíces sólidas en el país.

—¿Por eso el golpe militar de 1976 lo llenó de alegría?

—Lo vio como otro 55, pero lo que demuestro en mi libro, es que esa sensación de Borges no dura mas de un año. Los militares lo decepcionaron con su nacionalismo agresivo, su incompetencia económica y finalmente por la barbarie de la represión; y eso explica su decisión de morir en Ginebra.

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