(PD/Agencias).- Silvia Gaya, de 37 años y natural de Barcelona, es la cooperante española de UNICEF que está «gravemente herida» después de haber sido tiroteada en la región este de Chad, cuando unos ladrones la atacaron para robar el ‘jeep’ de la ONU en el que se desplazaba.
El portavoz de ese organismo en Ginebra, Damien Personnaz, ha explicado:
«Estamos consternados por este incidente», ha declarado el portavoz de ese organismo en Ginebra, Damien Personnaz, quien ha precisado que «un avión del Gobierno francés con un equipo médico llegará a Yamena esta tarde para trasladar a la herida a un hospital en París».
Silvia Gaya fue operada durante varias horas en un hospital de Yamena, adonde fue trasladada desde el lugar en que recibió los disparos.
En la operación de anoche, practicada en el hospital militar, intentaron salvarle el brazo en una intervención «muy difícil», según la cónsul honoraria de España en Yamena, Emma Pacios.
La bala que recibió le entró desde la espalda por el hombro.
El portavoz ha asegurado que su familia ya ha sido contactada por UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) y que se está trasladando a Francia.
UNICEF España ha manifestado su preocupación por el estado de la salud de la mujer, «que se encuentra estable, pero en peligro», y ha subrayado que se trata de una cooperante con mucha experiencia.
Aviso antes de las elecciones
Un hombre vestido con ropas militares saltó de un camión y disparó a la trabajadora a muy corta distancia. El asalto tuvo lugar el viernes por la noche en la ciudad de Abeche y el atacante se llevó el jeep en el que viajaba la española junto con otros tres cooperantes.
El pasado miércoles, este país de casi diez millones de habitantes, celebró elecciones presidenciales, que se desarrollaron entre las amenazas de dos movimientos rebeldes. Diez días antes de la cita, todas las ONG occidentales ordenaron a todos sus cooperantes que se retiraran de la zona.
Chad, una de las naciones más pobres del mundo, está gobernado desde 1990 por Idriss Déby. En las últimas semanas, ha empeorado la seguridad de los trabajadores humanitarios, que han sufrido una veintena de ataques y de intentos de robo de sus vehículos.
Cerca de 200.000 refugiados procedente de Sudán han cruzado la frontera escapando de la violencia de Darfur, un conflicto que en los últimos tres años ha causado 200.000 muertos
