José Rosado (Periodista Digital).- El primer ministro francés, Dominique de Villepin sigue obcecado en defender la teoría de que la prensa está detrás de la trama de espionaje político, y ha insistido en que no piensa dimitir. Si este miércoles denunciaba un “linchamiento” por parte del “culebrón de la prensa”, al día siguiente ha insinuado que la prensa gala se encuentra manipulada.
El pasado viernes, el diario Le Monde publicaba unas informaciones acerca del ex coordinador de los servicios secretos de inteligencia, el general 
Rondot, acerca de sus declaraciones ante los jueces que investigan el llamado caso Clearstream. Villepin, en ese momento ministro de Asuntos Exteriores, habría dado instrucciones a Rondot para que involucrase a miembros del ejecutivo francés en las comisiones ilegales de la venta de seis fragatas a Taiwán donde estaría implicado el actual ministro de Interior, Nicolas Sarkozy.
Villepin, que el miércoles ofreció una rueda de prensa nada más conocer los nuevos datos de Le Monde, ha vuelto a comparecer ante los medios para negar su posible dimisión y denunciar que está siendo objeto de una campaña de “calumnias”; además ha insinuado una posible manipulación de la prensa, “me pregunto quién manipula a quién”.
ELECCIONES EN 2007
Este escándalo llega en el peor momento posible ya que las próximas elecciones están previstas para el 2007 y, tanto 
Villepin como Sarkozy, están considerados como las bases del próximo proyecto político de Jacques Chirac.
Con este revés, el nivel de popularidad de Villepin ha caído por los suelos. Tanto la opinión pública como la prensa y la oposición francesa piden la cabeza del primer ministro, especialmente después de las informaciones publicadas el miércoles por Le Monde, en donde aseguraban que mintió al negar haber citado a Sarkozy, entre los nombres que entregó a Rondot para que fueran investigados.
Después de la publicación de estas informaciones y su posterior rueda de prensa, Villepin tuvo que comparecer ante la Asamblea Nacional donde, tras preguntado precisamente por las informaciones de Le Monde, se negó a contestar para ceder su palabra al portavoz del Gobierno, quien se pronunció a favor de dejar trabajar a la justicia.
Pese a negarse a declarar, Villepin sigue empeñado en acusar tanto a la prensa francesa como a la oposición socialista de haber mentido y ha anunciado que no piensa dimitir. Igual imagen y mismas palabras que ese Nixon abatido tras el escándalo del Caso Watergate que provocaran su suicidio político.
