Juan C. Osta (Periodista Digital).- Art Buchwald ha decidido morir sin perder la sonrisa, como ha vivido, y como ha reflejado en sus más de ocho mil columnas satíricas y en sus más de 30 libros. Este octogenario premio Pulitzer, consciente de su deteriorada salud, dice: «Morir es fácil. Lo difícil es encontrar aparcamiento».
En enero, por problemas vasculares, los médicos le tuvieron que amputar su pierna derecha, justo por debajo de la rodilla. Y un mes más tarde, según informa Pedro Rodríguez en el diario ABC, le insistieron en la necesidad de someterse a diálisis si no quería morirse en cuestión de semanas. Lo rechazó.
Y ahí es donde este periodista empezó el final del camino, convirtiendo el final de sus días en un largo adiós. Dedica sus días a estar con su familia, a recibir a sus amigos, a organizar los detalles de su funeral, a ser entrevistado y a escribir. Art Buchwald, pese a todo, ha decidido morir con la pluma puesta. Cada día sigue apareciendo su columna en el Washington Post y en otros cincuenta periódicos estadounidenses. Sin perder su característica ironía.
Con un vestuario de vivos colores, Buchwald bromea que ha logrado colocar a la muerte en lista de espera. Además, aprovecha la ocasión para insistir a través de sus últimas colaboraciones en que, por ejemplo, sus lectores se molesten en redactar últimas voluntas donde detallen sus deseos en caso de quedar médicamente imposibilitados.
Lo que más va a extrañar, dice Buchwald, de esta vida es poder escuchar óperas de Verdi. Aclara, también, que le encantará perder de vista «la hipocresía de nuestro gobierno, las mentiras de nuestros políticos y el deporte organizado«.
Entre las especiales despedidas que Burchwal ha podido leer en vida, una de sus colegas y admiradores ha comentado en las páginas del Usa Today que todo el mundo sabrá cuándo este icono del periodismo estadounidense encuentre su último lugar para aparcar: «Desde algún lugar no visto nos vendrá el sonido de la risa«.
