Fernando Moraleda: el `guardián´ de La Moncloa

Fernando Moraleda: el `guardián´ de La Moncloa

Miguel Pato (Periodista Digital)-. En el recuerdo de todos están las declaraciones de Acebes el 11-M y las líneas de investigación para fortalecer la tesis de ETA. La oposición, con el PSOE a la cabeza, puso el grito en el cielo. Cómo son las cosas que ahora, tras los recientes ataques en Navarra y País Vasco, Fernando Moraleda como portavoz del Gobierno tropieza con la misma piedra. Pero desde la izquierda. Ahora la directriz es diluir cualquier relación de la banda terrorista con estos sucesos.

El secretario de Estado de Comunicación, Moraleda, aseguró estos días que el Gobierno se inclina por que el atentado de Barañáin «no se trata de una orden» de ETA, y así lo apuntan «los primeros indicios».

En una nueva entrevista a Esperanza Aguirre en ABC, la presidenta de la Comunidad de Madrid, que está a la que salta, no dudó en polemizar sobre el asunto al ser preguntada sobre si considera que el Gobierno tiene o no sospechas de la Banda Terrorista ETA.

Hace unos días, el portavoz del Gobierno llamó a todas las Redacciones para reclamar la atención de los periodistas sobre la condena drástica de Batasuna sobre un atentado.

La “condena” consistía en decir que los hechos eran graves, igualmente graves que las detenciones de sus militantes.

Esta acusación recuerda a la que en su día los acusados de hoy vertieron sobre los populares. Y es que parece demostrado que es un mal endémico del poder no poder garantizar una verdad por encima de una ventaja política o un pacto que pueda tener atenazado al Gobierno de la nación.

Un periodista especializado en temas de terrorismo, consultado por Periodista Digital sobre la actitud de Fernando Moraleda, ha explicado que

Los desmentidos en los que el Gobierno se ha embarcado a raíz del alto el fuego de ETA responde a un acuerdo con Batasuna y los terroristas para diluir cualquier sospecha sobre ETA y los últimos ataques.

En esta actitud, independientemente de que Fernando Moraleda se vea obligado a mantener este discurso para darle credibilidad al proceso, se ha dejado llevar por un lenguaje poco apropiado.
La crítica no se ha hecho esperara.

“No se trata de una orden de ETA” o “los primeros indicios” no apunta hacia los terroristas, sirven como muestra para exponer la línea del discurso del secretario de Estado de Comunicación que ha soliviantado a más de uno. El presidente de Navarra, Miguel Sanz pidió que el proceso abierto entorno al terrorismo se paralizara.

Sanz se ha mostrado preocupado por esta jugada desde el Gobierno por tratar de diluir cualquier sospecha que enturbie el actual horizonte de paz. Así, el presidente navarro lanzó al aire una serie cuestiones inquietantes.

¿En qué basa el Gobierno otro tipo de consideración que hacen con este ataque? ?En qué dicen que tienen informes? ?Dónde tienen esos informes? Yo también tengo informes y servicios policiales. Y, además, lo he visto «in situ”.

Para parapetar lo que se venía encima prometió que los culpables serían encontrados y que

En el caso de que sí fuera una orden de la dirección etarra, eso introduce elementos, respecto de la consideración global del proceso de paz, que sin duda tienen relieve porque la violencia es violencia y es incompatible con el proceso.

Moraleda, amante de los focos, vencido por la vanidad
Son amigos, la espalda de un futuro presidente donde aupar al candidato para llegar al poder. Son los ideólogos, los mejores negociadores. Su misión, proteger La Moncloa de los ataques externos de sus rivales. Así es el perfil del perfecto portavoz o secretario de Estado Comunicación de un Gobierno.

Pero ahora, con Fernando Moraleda en el puesto las cosas son distintas. Moraleda es más político que estratega mediático. No duda en hablar, en mostrar esa vanidad política que busca el baño de alcachofas. Pero, como hombre se equivoca. Y como Gobierno, hace que su representado tropiece una y otra vez.

Moraleda comete errores de principiante. El más reciente, lo relativo al alto el fuego de ETA. Si bien, el actual puente entre el Ejecutivo y los medios, químico de carrera, se ha dedicado sobre todo a lidiar con vacas, ovejas, cuotas lácteas y cereales. Su contacto a tan alto nivel con los medios es escaso.

De aquella época en la que el actual alto cargo de La Moncloa vestía el traje de sindicalista, sus antiguos compañeros de faena coinciden al señalar que sólo la vanidad y el ánimo de poder le han vencido. Cuando estaba al frente de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) hizo amigos que ahora se sienten decepcionados por el radical que cambio que han observado en él.

La política desde la pancarta
Para el director de Nacional de Punto Radio, Iñigo Martínez Redín se “hace raro” ver a Fernando Moraleda como secretario de Estado de Comunicación con su pasado de sindicalista a la espalda.

Años atrás se le podía ver detrás de pancartas de manifestaciones para reivindicar y protestar contra determinadas políticas agrarias. Incluso se le recuerda en alguna movilización contra estas políticas del anterior Gobierno socialista.

Si se diera el caso de nuevas normativas agrarias comunitarias por ejemplo, sería simpático el modo en el que tendría que defender tesis contra las que antes se manifestaba. Pero bueno, esto forma parte del juego político donde ahora le toca estar.

Enric Sopena, periodista y director del diario digital El Plural, explica que detrás de “de una pancarta es otra forma de hacer política”. Además, al echar la vista atrás recuerda como

Muchos de los que antaño estaban en ese lugar ahora han llegado a La Moncloa.

Asimismo, Sopena no considera que la imagen de este señor en los sea vanidosa.

Además, habría que ver si los que dicen esto no estarán siendo traicionados por la envidia.

El poder aliena al antiguo luchador de causas sociales
En los medios digitales el ascenso meteórico de Fernando Moraleda no ha pasado desapercibido. Ahora, que lleva meses tratando de ocultar ciertos episodios de su currículum bajo el disfraz de “hombre fuerte del presidente”, de todos es sabido que aunque la mona se vista de seda…

Se le ve el plumero. Un plumero que hace tiempo Garganta Profunda en El Semanal Digital sacó a relucir. En su análisis propone, como para justificar el cambio, la teoría de un mal endémico en la casa del Gobierno.

El influjo maléfico de La Moncloa, la rauda capacidad para convertir a sus ocupantes en caudillos proclives a la grandeur anímica y gestual, parece tan contagioso como la gripe.
(…)
En La Moncloa, al calor del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el secretario de Estado se ha acostumbrado a otra forma de entender la vida, alejado del mundanal ruido, de la plebe, esa que acude en metro a la oficina y se toma un cortado mientras lee el Marca.

Claro que Moraleda no ha dejado de estar hasta en la sopa, ocupando toda la atención mediática, desde que sustituyó a Miguel Barroso en el cargo.

Nueva estrategia en Moncloa, nuevo guardián
El cambio en la Secretaria de Estado de Comunicación fue el primer cambio relevante que introdujo Zapatero en la VIII Legislatura. Miguel Barroso fue reemplazado por Fernando Moraleda que dio un giro de 180 grados en los modos.

Barroso, que siempre se mantuvo en la sombra, contrasta con el protagonismo de Moraleda. Con una estrategia menos inteligente, el sindicalista se ha posicionado en primera línea de fuego.

Miguel Barroso era un hombre cultivado en las letras, periodista y escritor amante de la novela negra. Éste se mantenía en la segunda línea del frente y rehusaba hablar con la prensa. No entramos en si era mejor o peor, pero lo cierto es que su posición era cuanto menos más inteligente. Desde la retaguardia siempre se pueden diseñar los mejores movimientos.

Sin embargo, Fernando Moraleda no duda en ponerse delante de un ejército de alcachofas o ser el centro de corrillos en cócteles con la prensa. Si no es vanidad, es imprudencia. Si estás en primera línea difícilmente podrás ver de donde llegan los golpes.

Periodistas consultados por PD definen la figura de este señor como la frontera entre el secretario de Estado y el portavoz del Gobierno. Asimimo, algunos de ellos coinciden en que es mejor quemar a Moraleda que no a De la Vega, que habitualmente es la encargarda de departir con la prensa.

Cada muchuelo a su olivo
Martínez Redín, considera que “cada secretario de Estado respondía a un momento político determinado”. El responsable de Nacional de Punto Radio explica en qué consistían ambos momentos a los que se refiere.

La misión de Barroso fue reorganizar el sector audiovisual para propiciar el terreno adecuado para la implantación de la TDT y de las nuevas concesiones analógicas. Moraleda, por otra parte, es más portavoz. Realmente está en una posición intermedia entre secretario de Estado y portavoz.

Sea como fuere, lo vital del trabajo de Fernando Moraleda es el mensaje, que no es el suyo sino el de todo un Gobierno. Si enmascara la verdad, se equivoca, contesta de mala gana o ignora a los informadores faltando a su palabra, hemos de entender que esas son las formas del Gobierno al que representa.

Al estilo de George W Bush
Los periodistas habituados a tratar temas relacionados con la Secretraria de Estado de Comunicación coinciden al señalar que la época de Miguel Barroso la de Fernando Moraleda responde a dos momentos políticos diferentes.

El actual secretario de Estado hace funciones más cercanas a las de portavoz y relación con los medios. Es decir, una labor más política de cara a la galería.

Este cambio mantiene cierto paralelismo con el que recientemente ha acometido George Bush en su gabinete. Scott McClellan, secretario de prensa desde 2003 ha sido sustituido por el comentarista político Tony Snow, de la cadena conservadora Fox News. La directiva de dicha cadena es muy próxima al presidente. De hecho, uno de los directivos de la misma es pariente de Bush.

Este nuevo momento en EEUU se asemeja al que se vive en España. En ambos países sus Ejecutivos, por motivos diferentes, están en una fase en la que hacer política, elaborar las nuenas estrategias y saber transmitir un delicado mensaje es fundamental. Como ya se publicó en PD,

El hasta ahora comentarista de Fox News no sólo será portavoz de la Casa Blanca, sino que participará activamente en los debates políticos de la Administración. Según The Washington Post, se considera que el elegido se encuentra en buena posición para resolver los conflictos que se planteen entre la prensa y la Casa Blanca.

La Educación se la dejó en el campo
En una ocasión un redactor de PERIODISTA DIGITAL tuvo la oportunidad de acercarse a Fernando Moraleda y le convidó a departir unos minutos con él sobre diversos asuntos. Nada comprometido, lo que puede dar de sí una entrevista en el recibidor del Círculo de Bellas Artes.

Ante la resistencia del responsable de Comunicación de nuestro Gobierno y la petición del periodista, Moraleda le emplazó a llamarle a su oficina. De esta forma, poder quedar un día con más calma y departir sin premura.

El redactor, con una mezcla de ingenuidad y confianza en la palabra dada, intentó hablar con el secretario de Comunicación durante dos semanas. Tras reiterados recados y mensajes dejados en su departamento la ilusión se transformó en decepción. Aquel periodista pensó en lo que debieron sentir sus amigos ganaderos cuando les abandonó en un recodo del camino y hace lo posible para olvidar aquel pasado.

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