(PD).- Recién cumplidos los dos primeros años de presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero, el balance sobre su política audiovisual ha resultado ser bastante pobre: una televisión pública estancada, una televisión digital implantada a medias, y dos canales de reciente creación muy cercanos a su política. Por no hablar del Estatuto del Periodista, que tampoco sale adelante como prometió.
La reforma de TVE: el comité de sabios
El asunto de una televisión pública plural, independiente y de calidad fue uno de los puntos electorales al que los socialistas quisieron darle más prioridad nada más instalarse en el Gobierno. Para ello, se dispuso la convocatoria del llamado «Comité de Sabios», cuya función radicaba en elaborar un informe que estudiase planes de viabilidad, así como establecer un modelo que cumpliera con los patrones exigibles a una televisión pública que el Gobierno.
Como recoge PRNoticias, los sabios deliberaron. Tan sólo el presidente de la FAPE, Fernando González Urbaneja, se mostró crítico con las resoluciones, al apreciar «cierta falta de ambición» durante el estudio, sobre todo en los aspectos económicos. Hoy día, todo parece estar igual. Ni las demandas de Urbaneja surtieron efecto y lo que es más desalentador, el dictamen elaborado por el «Comité de Sabios», no vinculante desde su nacimiento, ha quedado relegado al ostracismo más absoluto. Llegaron a la conclusión, a pesar de todo, de que sin una definición del marco normativo general que regule lo audiovisual es imposible desarrollar una norma que ahora adquiere un carácter específico.
La reforma de TVE: Plan de saneamiento
Para llevar a cabo la Ley de lo Audiovisual, era imprescindible contar con una televisión pública económicamente saneada. El Gobierno puso en marcha un Plan de Saneamiento a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), un plan que contempla la reducción en la plantilla de 4.000 trabajadores. La plantilla y los sindicatos, con el grito en el cielo, dicen que no tolerarán «los despidos a discreción», e instan al Gobierno a negociar.
El Gobierno, delegando este asunto en la Directora General de RTVE, Carmen Caffarell, continúa en sus trece. El asunto, hoy por hoy, continúa estancado en esa misma dirección. Gobierno y sindicatos no se ponen de acuerdo, Radio Televisión Española continúa más o menos como siempre –con el cierre de Radio 4 en Cataluña y la incertidumbre del futuro en los centros territoriales como salvedades– y una deuda que supera los 7.500 millones de euros.
La Ley audiovisual
El proyecto de la Ley Audiovisual, la norma más anunciada, conflictiva y frustrada de las tres últimas legislaturas, parece estar listo. Eso al menos ha anunciado el nuevo secretario de Estado de Telecomunicaciones, Francisco Ros. El problema es que más que un único borrador de la ley, existen cinco, seis o siete; tantos como grupos políticos, sociales y económicos interesados en lograr una regulación para el futuro de la televisión en España que les sea favorable.
Durante la última década se han redactado un gran número de borradores de la Ley Audiovisual. Prácticamente ninguno de ellos ha salido a la luz pública. Y es que en este asunto cada grupo tiene un borrador hecho a medida de sus intereses. Así el Gobierno socialista ha situado su prioridad en solucionar el eterno y costoso problema de la televisión pública estatal.
Los nuevos canales
En cuanto a los nuevos canales generalistas, suponen la única novedad en lo que llevamos de legislatura. A priori se presenta como la única muestra de pluralidad informativa, pero extrañamente, los dos canales (La Sexta y Cuatro) son cercanos al Gobierno. No hace falta demostrar la vinculación que hay entre el Grupo Prisa y el PSOE, una relación que nadie esconde. El Gobierno deja trabajar a Polanco en un tejido mediático que se mueve a su antojo: Cuatro, las Localias, y el asunto de los derechos del Mundial de Fútbol de Alemania, son sólo muestra de estas «ayudas».
El estado de la TDT
La TDT: se adelantó el apagón analógico y se han implantado los nuevos canales, pero en realidad nadie ve actualmente TDT y los contenidos son bastante pobres. La falta de información al respecto y la cultura de nuestro país, la de hacer todo a última hora, sumen a la Televisión Digital Terrestre en un profundo desconocimiento por parte de la población. Se echa en falta una campaña de familiarización (de momento el Gobierno ha puesto en marcha tibias aproximaciones) con este sistema que se implantará totalmente en 2008: ese año vendrán las prisas, los gritos de «tonto el último» y la categórica postura del Gobierno, que será, Dios no lo quiera, la de «si ya os decía yo», como dice el confidencial.
El Estatuto del Periodista
Aquí entramos, para finalizar, en uno de los puntos más candentes de la legislatura. Zapatero prometió un Estatuto del Periodista cuyos borradores se encuentran, a día de hoy, paralizados. Las ponencias con los expertos no se producen, ya que el asunto está en manos de la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados que, la verdad sea dicha, se ocupa de menesteres más importantes. En un principio, el estatuto estaría listo para octubre. No lo estará; si acaso, el año que viene, siendo realistas, en la próxima legislatura. Aún así, el boceto que parece contar más apoyos, el presentado por la FESP, resulta, en muchos de sus puntos, inaceptables; si entendemos que el Estatuto del Periodista debe ser un mecanismo que secunde sus derechos y no los controle bajo presiones innecesarias.
