El librero detenido ayer por apología del genocidio ha abierto hoy su negocio

(PD / EP).- Los Mossos d’Esquadra dejaron este miércoles en libertad con cargos al propietario de la librería Europa de Barcelona, Pedro Varela Geiss, detenido el mismo día tras ser detenido por apología del genocidio. El imputado, a quien se le incautaron unos 5.000 libros y documentos, abrió ha abiertio la tienda este miércoles con total normalidad, en la que una pintada reza «El nazismo se nutre de la ignorancia».

La llamada Operación Séneca empezó a mediados del pasado mes de octubre cuando los Mossos detectaron que la Asociación Cultural Editorial Ojeda podría distribuir libros de contenido nazi, negacionista del Holocausto judío y revisionista. Se da la circunstancia que esta entidad tiene su sede social en la misma librería Europa y que su único responsable es también Varela.

Operación contra la editorial, no contra la librería

El intendente Joan Carles Molinero, subjefe de la Comisaría General de Investigación Criminal, explicó que la operación no es contra la librería Europa, que ya había sido investigada en los años 90, sino contra la Editorial Ojeda. Por ello, no se ha cerrado ni el local comercial ni su página web.

La asociación cultural fue fundada a finales de 1997, pero, según la Policía catalana, ha ido cambiando de responsables y de objetivos, convirtiéndose en la actualidad en una distribuidora de libros xenófobos y de extrema derecha.

En la entrada y registro del local, que se alargó durante varias horas, se incautó (a parte de libros, CD, DVD y material informático) un busto de Adolf Hitler, fotos de miembros de organizaciones nazis, gorras y cascos nazis y una cruz gamada de hierro de casi medio metro.

Algunos de estos elementos decoraban un salón de actos situado detrás de la librería. En esta estancia, con capacidad para una cincuentena de personas, se realizaba cada sábado por la mañana la presentación de algún libro o conferencias sobre temática nazi tras el pago de 6 euros.

Distribución mundial

La Editorial Ojeda distribuía sus libros principalmente por Internet a varios países de Europa y el resto del mundo como Alemania, Austria, Reino Unido, Estados Unidos y varios países suramericanos.

Los libros estaban escritos principalmente en castellano, pero también había traducciones y libros en otras lenguas. Además, Ojeda tenía relaciones con editoriales similares en el resto del mundo.

Algunos de los títulos incautados ya lo habían sido en 1996 en otra operación de los Mossos contra la misma librería. Ahora se editaban por parte de la Editorial Ojeda u otras. El contenido de algunos de los libros ha sido remitido al juez para que valore si son constitutivos de algún delito.

Apología al genocidio y otros delitos

Al detenido se le imputan los delitos contra la comunidad internacional, apología del genocidio, y contra el ejercicio de los derechos fundamentales y libertades públicas. Entre ambos delitos, a Varela le podrían condenar a hasta cinco años de cárcel y a una multa de 12 meses. La semana que viene ha sido citado para que vaya a declarar ante el juez de Instrucción número 33 de Barcelona.

Sin repercusión en otros países

Por su parte, Varela aseguró que es «inaudito» que «libros publicados en otros países» sean «secuestrados» por la Policía y el juez. En esta misma línea, el propietario de la librería y responsable de la editorial aseguró que se le han incautado los libros por ser de la Editorial Ojeda y no por su contenido.

Según el imputado, la Policía y la Fiscalía buscan la «ruina económica» de la librería y la editorial, pero aseguró que no «abandonará su lucha». Varela denunció la «persecución política» a la que, según él, le someten y la «censura con otro nombre» que supone el hecho de incautar libros por su contenido. Sin embargo, advirtió que todos los libros incautados «se van a publicar otra vez».

La librería Europa abrió sus puertas a principios de los años 90 en el barrio de Gràcia de Barcelona y la venta de este tipo de publicaciones provocó numerosas protestas entre el vecindario. Varela fue condenado a cinco años de cárcel por apología del genocidio en 1998, una sentencia que posteriormente fue recurrida ante el Tribunal Constitucional y que todavía está pendiente de resolución.

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