Descondificador y Encarna, no se aman

Descondificador y Encarna, no se aman

(Periodista Digital).- Javier Pérez de Albéniz en su Descondificador de El Mundo da palos contra la imagen de Encarna Sánchez tras un especial emitido por Telecinco sobre la popular periodista, al cumplirse 10 años de su muerte. “Representaba todo lo que me repugna del periodismo”, asegura el comentarista.

Este es el artículo:

Telecinco emitió este jueves por la noche, después de promocionarlo durante días a bombo y platillo, el especial ‘La obsesión de Encarna’. Yo creía que lo presentaría Arguiñano, por aquello de la empanadilla, pero al final lo camuflaron en forma de documental con una voz en off. Media España estaba pendiente de esta necropsia audiovisual.

La verdad por delante: Encarna Sánchez representaba todo lo que me repugna del periodismo. La tensión, la mentira, la manipulación, el insulto, la bilis, la soberbia… ustedes ya me entienden. Podría contarles el ejemplo de un buen amigo al que Encarna Sánchez maltrató sin motivo alguno con sus comentarios radiofónicos durante años.

La locutora llegó a decir que su verdadero padre era el director de una empresa de comunicación madrileña.

Terrible y burda patraña que se desmontaba sola: el director de empresa debía haber engendrado a mi amigo a los cuatro años, puesto que esa era la diferencia de edad entre ambos.

El único recuerdo bueno que tengo de Encarna Sánchez se lo debo a Martes y Trece: nunca había disfrutado tanto con una empanadilla.

También me gustó mucho la anécdota, puede que leyenda urbana, en la que un camionero llamaba al programa de Empanadilla, perdón, de Encarnadilla, y la engatusaba hasta que la locutora decía palabras que acababan en «ones», «olla» o «ulo».

El camionero las completaba posteriormente con unas rimas que han divertido a varias generaciones y son la máxima expresión del humor inteligente.

¿Que qué tal el programa de Telecinco? Pues la verdad es que me puso de los nervios. A mí no me interesan nada los cotilleos, las medias verdades, la prensa amarilla y el periodismo de pacotilla. Y me parece lamentable que un programa de estas características, basado en el rumor y la maledicencia, despierte tanta expectación.

No es verdad, por tanto, aquello de que muerto el perro se acabó la rabia. Esa forma irrespetuosa de hablar de la vida de las personas, que marcó la trayectoria de Encarna Sánchez, creó escuela. Este jueves los alumnos devoraron a la maestra.

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