Malos tiempos para la prensa en la ex URSS

Malos tiempos para la prensa en la ex URSS

Borja Ventura (Periodista Digital).- «Sentir respeto por sí mismo, mantenerse al margen del dinero empresarial y no tener miedo». Esa es la fórmula para sobrevivir como medio de comunicación independiente en Rusia según Alexéi Venedíktov, director de El Eco de Moscú.

La situación electoral en Ucrania y, sobre todo, Bielorrusia, ha hecho patente la situación de desprotección de la libertad de prensa en la ex URSS. Y la madre Rusia tampoco se libra de las sospechas. No se trata sólo del más que sospechoso encarcelamiento y juicio al antiguamente todopoderoso Mijáil Jodorkovski sencillamente por desafiar al Kremlin al frente de la petrolera Yukos, ni de las dificultades del mito del ajedrez Kaspárov al intentar posicionarse como opositor al régimen.

La situación de los medios de comunicación en Rusia también está bajo vigilancia. Si en Bielorrusia ya se han disparado las alarmas tras en encarcelamiento masivo de periodistas denunciado por Reporteros Sin Fronteras, en la vieja potencia comunista es prácticamente imposible tener un medio de comunicación ajeno al poder de Vladimir Putin y sus acólitos.

La libertad existe, pero disminuye

Así lo denunciaba Pilar Bonet en un reportaje para El País:

«El Eco de Moscú es el último símbolo de una libertad de expresión cada vez más estrangulada en Rusia. En los estudios de esta emisora se lanzan vitriólicos comentarios a la política del Kremlin y se explayan los críticos de Vladímir Putin, hoy censurados en las cadenas de televisión estatales».

Según cuenta Bonet, Venedíktov, periodista de 50 años «antiguo maestro de escuela de aspecto bohemio«, mantiene el rumbo incluso después de que El Eco pasara a depender de Gazprom en 2001 a través de su filial Gazprom-Media. Y comenta:

«A la vista de la metamorfosis propagandística de otros medios de Gazprom, como la televisión NTV, muchos se preguntan cómo se las arregla El Eco de Moscú para disparar con artillería pesada contra el ministro de Defensa, Serguéi Ivanov; ridiculizar al vicejefe de la Administración, Vladímir Surkov, el ideólogo en la sombra del régimen, y desenmascarar como incompetentes empedernidos a los líderes de Rusia Unida (el partido gubernamental) que osan hablar en directo».

Recoge el reportaje que para los «disidentes con el Kremlin, el Eco de Moscú es el termómetro de la libertad, aunque hay quien cree que la emisora se mantiene para demostrar a Occidente que la democracia aún existe en Rusia«. Y es que, tal y como comenta Venedíktov, «la libertad de prensa existe, pero ha disminuido y continúa disminuyendo«.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído