La bofetada materna en una España al revés

Dice Perez Reverte, icono bendecido y maldito a partes iguales, que los españoles somos peligrosos para España. Aunque doy por supuesto que no hablamos de lo mismo permítaseme que humildemente me una a su pensamiento. Somos peligrosos porque somos sectarios, porque somos autómatas sectarios. Si todos los ciudadanos midiesen las consecuencias de su voto y no lo entregasen simplemente por simpatía, de modo visceral, otro gallo nos cantaría…
Han condenado a una madre por dar dos cachetes a un niño que no se quería duchar. Desconozco las circunstancias exactas del caso así que no me voy a referir concretamente a él sino al cúmulo de situaciones semejantes que han propiciado una España al revés.

No voy a caer, que lo tenga en cuenta el lector, en la defensa a ultranza de las bondades de un cachete paterno pero tampoco en su condena sistemática. Puntualicemos que un cachete (ay, el vocabulario, qué importante es) no es una bofetada. Y hablamos, al menos yo, de un cachete en un caso concreto, no ejercido de manera sistemática. El Estado tiene que proteger la infancia, cierto, ciertísimo, sin por ello impedir la libertad de un padre de corregir a su hijo. Y sin embargo el mensaje que se envía a esa pequeña parte de chavales golfos, malcriados y malnacidos es que todo vale, incluso no ducharse, contra la autoridad de un padre. Al padre y su autoritarismo franquista se le combate con una denuncia y el avergonzonamiento general por un cachete. Insisto, no estamos hablando de malos tratos ni de abofeteamiento generalizado. España es un país al revés, ahora mismo ningún partido, ni el hombre lobo de Vox, se atrevería a presentar en Cortes un mínimo cambio en esa ley.

Si ustedes me lo permiten es una situación semejante a la de los okupas que te “meriendan” tu casa mientras estás en el pueblo de los suegros y no hay manera rápida y legal de echarlos de tu propiedad. Ni volviendo a reventar la cerradura que ellos reventaron previamente. Y si pillas a un ladrón llevándose a hombros la cubertería de plata que te regalaron en tu boda más te vale sonreír y desearle buen viaje que enfrentarte a él. A no ser que quieras pasar un gran disgusto, un señalamiento social y finalmente una temporada a la sombra. No, esto tampoco hay ahora mismo quien lo cambie. Y no, no estoy defendiendo lo que en mi admirada Italia ha propuesto Salvini. Pero una posibilidad intermedia sí debería haber.

Si no puedes corregir moderadamente, el adverbio es importante, a tu hijo, si no puedes echar en un santiamén a los okupas de tu casa los españoles somos peligrosos para España, quizá porque seamos un país al revés. Tanta culpa tienen los que han apoyado estas leyes como los que no las han combatido y modificado. Y vendrán ahora a pedirme el voto.

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Pedro de Hoyos

Escribir me permite disfrutar más y mejor de la vida, conocerme mejor y esforzarme en entender el mundo y a sus habitantes... porque ya os digo que de eso me gusta escribir: de la vida y de los que la viven.

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