Cuando un terrorista me asesine

Cuando un terrorista me asesine no dejéis que nadie cante “Imagine”, que nadie entone cánticos de paz, no dejéis que hablen los políticos que no me han sabido defender, no dejéis que usen mi nombre para promocionarse y disputar.

No digáis que soy una víctima de la paz. No seáis melifluos, blandos ni acomplejados. Sed fuertes y mirad a los ojos de los culpables y de quienes los promocionan, avalan o excusan, recordad sus caras, no olvidéis sus motivos. Conjuraos en mi nombre y en el de otras posibles víctimas para atrapar a los causantes en el menor plazo posible y llevarlos delante de un juez.

No leáis poesías en mil lenguas, usad solo la nuestra para llorar, rezar y protestar, la de los asesinos para maldecirles y arrinconarles. Rezad, rezad por el asesino y por mí, no seáis estúpidamente correctos, todas las religiones son respetables pero la nuestra es la nuestra y es el medio por el que nos dirigimos a Dios.

No pongáis buena cara, me han arrebatado la vida, no pongáis melifluas voces de paz y comprensión, no seáis “guays”. No ocultéis vuestro dolor, mostrad vuestros sentimientos y tened en cuenta los míos. Gritad vuestra ira, expresad vuestra rabia, arrinconad el infantil buenismo de este torpérrimo inicio de siglo. No encendáis velitas, prended fuego a quienes quieran detener vuestras ansias de rectitud, razón y verdad; no murmuréis imprecaciones entre dientes, maldecid en alta voz y con orgullo.

No ocultéis vuestras banderas ni las mías; exhibidlas, son nuestras, son de nuestros antepasados y de nuestros hijos, mostraros orgullosos de ellas, representan lo que fuimos, lo que somos y lo que queremos ser, representan nuestros derechos, nuestras libertades y nuestra lucha. Cantad nuestros himnos, ponedles una hermosa letra si no la tienen, y mostrad vuestra decisión de resistir, de luchar y de recordarme, pero también de hacer justicia. Se trata de nuestro sistema de vida o el suyo, de nuestras ideas o las suyas, de nuestras banderas e himnos o los suyos. Se trata de lo nuestro o de lo suyo, de nosotros o ellos.

No seáis mojigatos, no seáis políticamente correctos. Mostrad a las cámaras y micrófonos vuestro ánimo, vuestro dolor y vuestra indignación; que oigan vuestra voz dolida, firme e implacable. No busquéis venganza pero exigid que la justicia sea rápida y eficaz.

Pero sobre todo, nunca cantéis “Imagine” ni encendáis velitas, ¡coño!”

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Pedro de Hoyos

Escribir me permite disfrutar más y mejor de la vida, conocerme mejor y esforzarme en entender el mundo y a sus habitantes... porque ya os digo que de eso me gusta escribir: de la vida y de los que la viven.

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