Los que se han enriquecido con la pobreza de Castilla

Yo también estuve el domingo en el mercado de la flor de Ampudia. En los últimos años me he hecho habitual. Me las arreglo para disfrutar el viaje desde el primer metro, porque los viajes no solo se disfrutan cuando llegas al destino, sino que el viaje en sí mismo debe ser disfrutado, degustado. Hay caminos del mundo que te cansan la primera vez que los recorres y hay otros que nunca dejan de satisfacerte. (Mi colaboración semanal con Onda Cero Palencia)

El viaje a Ampudia debe hacerse lenta y tranquilamente, más aún de lo que mandan los cánones de la Dirección General de Tráfico, para poder disfrutar, primero del páramo, esa inmensa vaciedad que al mismo tiempo que emociona señala los problemas de Castilla, y después, de la riqueza y variedad del paisaje cuando llega la hora de descender al feraz valle.

Este camino se disfruta siempre, pero sobre todo ahora, en primavera, de modo especial esta tan lluviosa, con los campos verdes y exuberantes, con cereales pugnando por salir a respirar y ver el sol, con una postal de premio que aparece detrás de cada curva, con cielos y tierra riñendo a ver quién da más envidia al otro. Especialmente emocionante es la última o penúltima curva, cuando inesperadamente aparecen a lo lejos las primeras casas y entre ellas, señalando al cielo como culpable de tanta belleza, la torre de la colegiata, la giralda de Campos.

Luego ya en el pueblo… es que es un no parar, oiga. Allá, escondidos entre la arquitectura rural de la profunda Castilla, esa arquitectura básica y funcional que tanto emociona a los que amamos lo nuestro, lo autóctono, a los que lo reconocemos como mejorable, claro, pero lo sentimos como parte de nuestras raíces y de nuestro ser, aparecen la feria, los feriantes, los puestos diversos, las flores naturales y secas, artesanos, golosos puestos de alimentación, de maquillaje, de cerámica, de ropa, de dulces… y luego está la gente, la gente que va y viene, de Ampudia y de fuera, que compra e intercambia, que se saluda como si no lo hubiera hecho nunca y que proporciona un ambiente intenso a la vez que íntimo, un ambiente recogido y extrovertido, local e internacional, un ambiente que ojalá tuvieran siempre las calles del pueblo.

Empeños como este son de alabar; los esfuerzos del Centro de Iniciativas Turísticas para buscarle un valor añadido al pueblo, por dinamizarlo, por ayudarle a sobrevivir, por hacerle sobresalir y por sacarlo adelante son dignos de ser resaltados con bombo, platillos y banda de música con cornetas. Y siempre, apoyando, las instituciones oficiales y su infraestructura, porque sacar estas cosas adelante no es una labor de partido, de opción política, sino de mera administración cotidiana de la res publica. Los ayuntamientos están para arrimar el hombro con absoluta independencia de las opiniones políticas, la inmensa mayoría de los asuntos de un ayuntamiento pequeño no dependen de la visión ideológica que se tenga, sino que simplemente dependen de las ganas, de la voluntad, del esfuerzo, de la imaginación y del trabajo del equipo de gobierno, al que sin duda el partido de la oposición debe echar una mano. O las dos.

Doy por descontado que en este caso ha sido así, que el Centro de Iniciativas Turísticas ha contado con el apoyo de las instituciones de todos los colores porque el futuro de Castilla no está para banderías ni para exquisiteces ideológicas. El porvenir de nuestras tierras, más bien la falta de porvenir, no está, lamentablemente, en manos de los ayuntamientos, sino que el problema es tan grande, tan grave y tan extenso que depende de instancias más altas y alejadas… instancias que tienen sus cinco sentidos, los cinco, oiga, en otras regiones más lloronas y problemáticas que se han enriquecido con nuestras gentes emigradas, su trabajo y sus impuestos, mientras quienes tenían que defendernos ͞pasan͟ de nosotros, de nuestro abatimiento y de nuestra agonía inacabable.

Ahora toca a Aguilar y a sus ͞Edades del Hombre͟, nuestras ͞Edades del Hombre͟. Durante unos meses y gracias a una importantísima conjunción de esfuerzos de diversas entidades Aguilar va a estar de moda; sus calles, sus comercios y sus hoteles se van a llenar, esperemos, de turistas ávidos de cultura, distracción y compras. Aguilar es de nuestros pueblos más industrializados y desarrollados, de nuestros pueblos más habitados. Aun así, y contando con
el esfuerzo de autoridades, empresarios y los habitantes todos, me viene a la cabeza la idea de que estas cosas tienen una fecha inicial y otra final.… ¿Cuando todo acabe quedará algo?

Adiós, señores, hasta la semana que viene, que encontraremos alguna otra cosa de la que hablar.

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Pedro de Hoyos

Escribir me permite disfrutar más y mejor de la vida, conocerme mejor y esforzarme en entender el mundo y a sus habitantes... porque ya os digo que de eso me gusta escribir: de la vida y de los que la viven.

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