Semos asín, según «The Times»

El periódico londinense más famoso nos ha puesto a caer de un burro llamándonos de todo, reconociendo en público nuestros defectos y haciendo escarnio de nuestros estereotipos. Creo que básicamente lo hace con toda la razón del mundo. Semos asín.

En la sección de viajes de “The Times” su director nos dice a la cara y sin sonrojarse un pelo que somos maleducados, gritones, desagradecidos e impuntuales. Cuatro pinceladas gordas que según creo encierran mucha verdad. En esos descalificativos he podido reconocer muchas circunstancias que me suceden todos los días. Lamentablemente todos hemos vivido y quizás protagonizado anécdotas que nos clarifican que muchos españoles son así. No, no todos, cierto, pero muchos. Creo que las grandes generalizaciones acarrean grandes verdades y grandes injusticias.

En un grupo de cien personas que callan destacará siempre aquella que vocea. Quizá incluso sirva para definir al grupo… dolorosamente para los 99 callados, pero debemos ceder y reconocer que somos un pueblo mediterráneo, espontáneo, que goza de la vida y de sus días luminosos y soleados… lo que no suele suceder en la Pérfida Albión. Somos vocingleros y nada discretos. La discreción parce ser siempre el enemigo a batir, nos gusta llamar la atención y que todos sepan que pasamos por ahí dejando huella en sus tímpanos. ¿Y acaso no es cierto que nos cuesta usar “gracias” o “perdón” y se nos olvida frecuentemente el “hola” y el “adiós”? ¿No vivimos esto todos los días en el autobús, en la compra o en la oficina?

¿Vamos ahora a reivindicar nuestra tradicional puntualidad? ¿Sinceramente? Nos cuesta tanto llegar a tiempo a las citas que tenemos inventadas una infinidad de excusas siempre prestas para salir disparadas… Nos gusta tanto llegar a tiempo como pagar a Hacienda. Hasta tenemos chistes para ambas cosas que sirven para explicarnos, justificarnos, hacernos comprender… Somos definitivamente un pueblo maleducado, al que llegar puntuales a las citas parece de pobrecicos, de infelices, algo así como negarse a pagar una factura sin IVA.

Y los bares, ¿cuántos y cuántos hay en que las servilletas de papel, las cabezas de gambas y otras inmundicias decoran los suelos al parecer de manera permanente? ¿Y los suculentos pinchos expuestos en las barras, al alcance de todas las respiraciones, toses y carraspeos de los parroquianos? Por mucho que esto esté regulado… ¿cuántas veces se incumple?

Respecto a que hablamos como un camionero… Esa me parece una de las verdades más grandes de ese artículo, incluso mucho lo tienen como orgullo, somos brutos, bastos, soeces… no vayan a pensar nuestros camaradas de risotadas que somos meapilas, blandos o ratas de sacristía. No hace mucho tiempo habría dicho “no vayan a pensar que somos mariquitas”, pero hoy es políticamente incorrecto. Blasfemar como carreteros no, eso no.

No sigo, no. Cierto que la inmensa mayoría de los españoles no es así, cierto que no. Pero estas quejas de “The Times” tienen una enorme base en qué apoyarse, lamentablemente; será siempre una estúpida e ignorante minoría que sirve para que los extranjeros nos claven sus dolorosas banderillas negras, para que descarguen su mala leche y sus enormes dosis de racismo y clasismo, para que se abandonen a los estereotipos… será, pero es una minoría muy grande.

Si entre cien personas hay un puñado vestido de torero… todos toreros. Y eso no lo solucionan todos los miles de británicos que vienen a emborracharse a nuestras playas, que vienen a tirarse de los balcones de nuestros hoteles o a timarlos con el cuento de las intoxicaciones. Falsas intoxicaciones.

Cada pueblo carga con su cruz a cuestas, pero no debemos negar la nuestra.

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Pedro de Hoyos

Escribir me permite disfrutar más y mejor de la vida, conocerme mejor y esforzarme en entender el mundo y a sus habitantes... porque ya os digo que de eso me gusta escribir: de la vida y de los que la viven.

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