El martes seis de mayo del presente año el Diario Palentino ofrecía a sus lectores una información, firmada por Carlos Hugo Sanz, señalando que el nuevo plan de movilidad ciclista estaba listo para su puesta en marcha ya que el consejo municipal de tráfico había dado luz verde al documento con el respaldo de todos los grupos políticos.
Dicho plan, redactado por la empresa Atizza S. L. tiene un total de 114 páginas, tiene fecha de diciembre de 2016 y es un trabajo exhaustivo sobre accesibilidad, seguridad, promoción del estatus del ciclista como conductor, red viaria, aparcamiento para bicis… etc, etc, etc. Sí, con tres etcéteras porque ya digo que es un plan muy trabajado.
(Mi artículo semanal en Onda Cero Palencia)
Desde cualquiera de esas dos fechas, diciembre de 2016 o la de su aprobación por el consejo municipal de tráfico en mayo del presente año, los ciclistas no hemos visto nada nuevo que facilite la trasformación de Palencia en este sentido. Cierto, cada vez hay más bicis por las calles, cada vez somos más los ciudadanos más modernos, más avanzados y más prácticos. Más europeos en el mejor de los sentidos. Cada vez somos más los que llegamos antes al centro de la ciudad, los que no tenemos que pagar por aparcar, los que llegamos en bici hasta la misma puerta de nuestro destino.
Cada vez somos más, cierto, pero pensando que el plan del ayuntamiento prevé llegar en 2018 a un dos por ciento de tráfico ciclista… ¿cuántos seremos ahora que nadie ha movido una piedra para hacer realidad las previsiones municipales? Ni un metro de carril bici, ni un puesto de aparcamiento más, ni… Los ciclistas urbanos nos vemos impelidos a jugarnos la vida en la calzada, con coches acorazados y blindados que compiten con nosotros por el espacio, o ir por las aceras, algo tolerado por el ayuntamiento, arriesgándonos a causar daños a los peatones.
Allá hace veinte años, y podría ir más atrás, ir en bici era un atraso, propio de menestrales y labriegos, si ustedes me permiten citar al clásico, y todo el que podía se compraba un coche, cuanto más grande mejor. Había que mostrar a los demás cuán ricos y acomodados éramos. Pero Europa nos ha mostrado el camino a seguir. Ciudades y países del centro y del norte de Europa, con ese horrendo clima invernal que todos les achacamos, nos han enseñado cómo desplazarse rápida, eficaz y económicamente. Mientras tanto en Palencia el número de tickets de la ORA expedidos este año hasta el fecha 30 de septiembre ha llegado hasta los 1.115.407, con gran satisfacción para las arcas municipales y… ¡de la empresa concesionaria!
En los últimos años, en los muy últimos años, en Palencia se han abierto numerosas calles, por ejemplo a lo largo de la orilla del Carrión por el Prado de la Lana. O ese paso elevado que conecta la Avenida de Asturias con el otro lado del ferrocarril. Insisto en que son obras muy caras y muy recientes, muy actuales, sin que a nadie se le ocurriera abrir al mismo tiempo un espacio para las bicicletas. No, vade retro, Satanás. Coches, coches, coches…
Enn estos días un grupo municipal pregunta al ayuntamiento cuándo va a salir del cajón ese plan municipal, cuándo se va a hacer algo positivo por mejorar la ciudad, cuando se va a sacar provecho a esos 17000 euros que costó el plan, si se va a incluir en los presupuestos del año que viene alguna partida destinada a hacer de Palencia una ciudad más inteligente, práctica y ahorradora en los impuestos que gravan los vehículos, sean impuestos en la compra del mismo, en los carburantes o los dirigidos a exprimir el bolsillo de los ciudadanos por el hecho de circular por su propia ciudad. Ah, y a ahorrar también en aparcamiento, muy a pesar de la empresa concesionaria de sistema de zona azul.
Lo veamos como lo veamos, la Europa más civilizada, más culta y más desarrollada económicamente lee más, se desplaza en bici para ir al trabajo o para hacer la compra, y mantiene los coches en los respectivos garajes todo lo que puede. En España en cambio somos más de Belén Esteban, de “Gran Hermano” y Jorge Javier Vázquez. Está todo dicho.
