155, ¿para qué?

Lo de ayer en Cataluña fue una muestra de que la fuerza no sirve para nada, de que a nadie se le puede obligar a ser español. El problema es cómo evitar que obliguen a ser solo catalán. Son muchos, decididos y con las ideas muy claras. Sacar banderas de España en Palencia, Murcia o Ciudad Real no sirve para nada salvo para desahogarse.

Lo que viene ahora es mucho más grave, cómo dialogar dentro de la ley con quienes rechazan la ley. Jiuston, tenemos un problema y toda la guardia civil no nos salva de ello. La torpeza del gobierno ha dejado al descubierto su dejadez, la de todos los últimos gobiernos, en el tema de Cataluña.

Por algún motivo desconocido el Estado decidió retirarse de Cataluña como antes decidió retirarse del País Vasco. Los gobiernos que hablaron catalán en la intimidad o aquellos que habrían aprobado cualquier reforma del Estatut como saliese del Parlament decidieron esconder la cabeza debajo del ala cuando se insultaba a España en los campos de fútbol, cuando se insultaba a España en las escuelas, cuando se insultaba a los murcianos, a los andaluces… cuando les insultaban y menospreciaban las autoridades de la Generalitat. Creyeron que callados y aguantando se resolvería el problema. Él solo. Sin hacer nada. Ya. Pues en esas estamos, oiga usted.

Y ahora ¿aplicamos el 155 y obtenemos aún mayor rechazo, mayor resistencia de una población activa, ofendida y movilizada? ¿Qué hacemos cuando declaren la independencia, mandamos al ejército? ¿Les obligamos a ser españoles “por cojones”?

Nos han ganado la batalla de la propaganda, de la publicidad internacional, de la movilización interior y nos callamos. Y pagamos las consecuencias. ¿Qué ha hecho el Estado cuando negaban más horas de educación en castellano a una familia¿ Qué ha hecho el Estado cuando la señalaban en los comercios? ¿Qué ha hecho el Estado cuando las autoridades catalanas se negaban a obedecer diversas sentencias judiciales?

La movilización de ayer, las imágenes de heridos, algunas, sí, falsas, son la muestra de que no han servido para nada tantos años de silencio, de callar y aguantar, de sometimiento, de creer que alguna vez se darían por satisfechos. Pero la esencia del nacionalismo es no estar nunca satisfecho, tener siempre una enorme ristra de demandas presta. Son los más ricos, los más subvencionados por el Estado, las regiones donde más invierte el Estado en detrimento de las más pobres, porque las pobres son las más calladas, sumisas y resignadas. Porque las más pobres no tienen quienes las defiendan, porque las más pobres, léase Castilla, Murcia, Andalucía, tienen los votos previamente asignados, repartidos, cautivos. Ya cuentan con ellos y no necesitan movilizarse, movilizar a la población, para ganar en las urnas.

Ahora toca negociación. Sí, sí, dentro de la ley. Ya. Pero la ley la hacen ellos, nuestros representantes, aunque no nos representen, a su modo, a su medida, a sus intereses. Y nada nuevo va a salir de la confrontación: los más ricos serán más ricos, más insolidarios, el Estado seguirá invirtiendo más en ello, Castilla seguirá más abandonada, más envejecida, más olvidada, más resignada. La emigración seguirá saliendo de los mismos lugares de siempre, los que desde Franco llevan abandonados por el Estado, a los mismos lugares de siempre, los que desde Franco llevan privilegiados por el Estado. Los ricos más ricos, los pobres más pobres. Y más callados.

Colgar mil banderas de España de los balcones de la calle mayor no sirve para nada, aplaudir a la guardia civil como si fuera al frente de batalla no sirve para nada. Lo único que sirve es la presencia del Estado, no dejando desasistidos a los ciudadanos que rotulen en castellano, que quieren aprender en castellano, evitando la emigración de los más jóvenes a enriquecer las regiones más ricas. Pero el Estado nuevamente claudicará ante los poderosos, como ha claudicado ahora en la batalla de la propaganda, de la publicidad, de la movilización. ¿Dónde estaba el Estado, los partidos constitucionalistas cuando miles de personas se han movilizado motu proprio, sin una llamada de los partidos, sin una organización oficial? Maquillándose para aparecer en la tele diciendo que el domingo en Cataluña no ha pasado nada.

El nacionalismo siempre fue de derechas, pero en España es apoyado por la izquierda y por la extrema izquierda. Las desigualdades, digo, porque ellos son mejores. Nosotros, los demás, somos solo seres secundarios.

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Pedro de Hoyos

Escribir me permite disfrutar más y mejor de la vida, conocerme mejor y esforzarme en entender el mundo y a sus habitantes... porque ya os digo que de eso me gusta escribir: de la vida y de los que la viven.

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