Manspreding

Había decidido no asomarme mucho a internet por razones de salud, hay que preservarla siempre, pero ante diversos acicates recibidos por guasap, uno no puede quedarse a solas ni en la ducha, me he visto impelido a averiguar qué es eso del «manspreding». Usted, amigo lector, me sabrá disculpar si no se escribe así, pero es que apenas mis ojos se posaron en la palabreja salieron corriendo y no pude fijarme suficientemente en cómo se escribe.

Lo que he averiguado es que los progres de nuestro país, los que creen que poniendo a dos muñecos de la mano en un semáforo arreglan el mundo, han decidido que la mala educación de los señores que viajan en metro con las piernas abiertas como la boca del metro en hora punta debe corregirse a punta de ley.

Tamaña gilipollez me hace pensar cuánto hemos retrocedido en educación y en salud mental. Es cierto que aquello que nuestros padres llamaban compostura se ha perdido en una sociedad agilipollada, sé que me repito, que ha confundido el culo con las témporas y la mala educación con la naturalidad progresista. Casí estoy viendo a mi madre dirigirse a mí, sacudirme ligeramente los pantalones cortos y explicarme que determinadas posturas eran propias de gente maleducada y falta de respeto social. Ahora ninguna madre podría decir eso porque se vería así misma como trasnochada, desubicada y desorientada. En nuestra sociedad, en estos atribulados tiempos, lo que se lleva es la libertad personal absoluta, y aquello que se llamaba compostura y educación son cosas propias de fachas y otras gentes de mal vivir.

Durante mucho tiempo, hablar de respeto a los demás nos ha parecido algo trasnochado, incompatible con las libertades individuales, contrario a los derechos humanos. Para corregirlo ya no están los padres o los abuelos, sino Podemos; corregirlo supone por lo tanto hablar de ley. Aquello que todos asumíamos como normal y lógico ha desaparecido de una sociedad acomplejada y con sentimientos de culpabilidad y ahora ha de imponerse por ley. Hemos perdido algo tan sencillo como la educación familiar y queremos sustituirlo por el BOE.

Por cierto, con lo fácil que es decir «despatarre» usan un extranjerismo para… ¿para qué? ¿Son más guays, más cool o simplemente tienen alguna merma mental?

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Pedro de Hoyos

Escribir me permite disfrutar más y mejor de la vida, conocerme mejor y esforzarme en entender el mundo y a sus habitantes... porque ya os digo que de eso me gusta escribir: de la vida y de los que la viven.

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