Gibral…taluña

Yo no sé qué pensarán ustedes de lo de Gibraltar… la verdad es que a mí no me preocupa mucho salvo por el abuso de la ley que allí hacen de ello, ya saben ustedes que hay más empresas que gibraltareños, y por lo del contrabando de tabaco. Si sus ciudadanos se fumaran todo el tabaco que entra en la colonia el peñón estaría permanentemente rodeado de una espesa nube que ni el más fuerte viento de poniente despejaría. Desde luego que no cuenten conmigo para echar mano al fusil y reconquistarlo a tiros: ya no estoy en edad.

Gibraltar solo demuestra que el que nace pirata muere pirata aunque pasen los siglos y la historia. Ah, y que lo de la flema inglesa no es cierto… al menos no es cierto cuando asoma un nubarrón en su británico horizonte. Inglaterra en general me interesa tanto como su afamada cocina, o sea: nada. Bueno, debo rectificar… De Gran Bretaña me interesa el British Museum, y todas las obras robadas de Egipto o Grecia, y Stonehenge, monumento megalítico después del cual nada de interesante se hizo en las islas. Salvo el té, que también se llevaron de otra parte.

De Inglaterra también me interesó Agnes Alberta Gladstone, una chavalita sonrosada y fondona que vino de intercambio estudiantil por Palencia en mis años mozos y que dejó en mí un poderoso recuerdo. Afortunadamente volvió a su casa unos meses más tarde y ahora dirige a dos exmaridos, tres hijos y una panadería en Saint Peters Road 50, Margate, condado de Kent, Inglaterra. Allá ella y lo que ha hecho con su vida, con lo bien que se vive en Venta de Baños.

El caso es que se proponen chantajearnos con lo de Cataluña, manda narices. Que si les tocamos las ídem con lo de Gibraltar ellos nos tocan las guirnaldas inguinales con lo de Cataluña. Qué le voy a hacer, tampoco consigo preocuparme, oigausté. Los british necesitan una Cataluña en la unión europea para que los mineros de Gales o los vendedores callejeros de fish and chips vengan a los hoteles mediterráneos a creerse James Bond, cuando en realidad no pasan de un cómico Mister Bean que se tira al vacío desde el balcón de su habitación creyendo que la piscina está llena de güisqui.

Miren, y lo de Cataluña tampoco me preocupa. Estoy convencido de que en el fondo todo se trata de dinero, de esquilmar unos cuántos millones más al pobre españolito que como usted o yo se deja manipular por un gobierno inane que ya va comprendiendo que soltando pasta se arregla todo el problema catalán. Al nacionalismo siempre se le ha comprado con dinero y eso sí que me molesta, porque en el fondo es dinero que sale de mis bolsillos, y de los de usted y de los de mi vecina. Y de comarcas olvidadas como el Cerrato. O como Tierra de Campos. O La Ojeda, La Pernía, Valdavia, Valdivia… bueno, la montaña palentina entera.

Imagino, solo imagino, que lo de la organización territorial de España, si somos una nación, una nación de naciones o un montón de gente que pasaba por ahí, no preocupa en realidad a nadie. Dos de los líderes de masas que hemos padecido en España nos lo han dejado ver muy claramente: A uno le dio por hablar catalán en la intimidad cuando le venía bien a sus propósitos y el otro dijo que el concepto de nación es discutido y discutible. Y se quedó tan ancho. Ambos. Se quedaron tan anchos ambos dos a dúo y en pareja. ¿Se imaginan a alguno de los líderes ingleses que tanto criticamos haciendo declaraciones semejantes? Hasta sus amigos más íntimos les habrían corrido a pedradas. Me imagino a Agnes Alberta Gladstone, sus dos ex maridos y sus tres hijos corriendo detrás de ellos con las piedras esas megalíticas que he dicho antes en las manos. Y aquí nos hemos quedao tan anchos riéndoles la gracia a los dos líderes supremos que aún hoy siguen siendo adorados con arrobo por buena parte de la población.

Eso sí, antes de que le den la independencia a Cataluña que nos devuelvan a los miles de emigrantes castellanos que tuvieron que irse allí porque Franco puso la SEAT donde no había paro en vez de ponerla donde la industrialización del campo arrojaba miles de braceros a las plazas de los pueblos, a esperar el tren que les llevara lejos; que antes de la independencia nos devuelvan las inversiones hechas allí y que no se hicieron en Villarmentero, pongamos, o en Vertavillo, Congosto de Valdavia, Villarramiel , Cevico Navero… Y si de paso solucionamos lo del Museu Marès, lleno de grandiosas obras históricas procedentes de todos los pueblos de nuestra provincia y de Castilla entera, mejor.
Hala, señores, con Dios; si ustedes tienen algo que añadir les espero en tuiter. @pedrodehoyos se despide hasta cuando proceda, que será la semana que viene.
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Pedro de Hoyos

Escribir me permite disfrutar más y mejor de la vida, conocerme mejor y esforzarme en entender el mundo y a sus habitantes... porque ya os digo que de eso me gusta escribir: de la vida y de los que la viven.

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