Macarras en el poder

A cierta izquierda le parecen mal las buenas formas. La corbata. La camisa. Zapatos. Prefiere las camisetas, los tatuajes y las sandalias. Aquella sandalia con la que una vez amenazaron a Rodrigo Rato. La izquierda macarra se ha hecho con el poder porque el votante ha querido, tal vez porque el votante español también es macarra.

La España pendular ha dado un nuevo pendulazo. Hemos salido de una España que malgobernaban personajes afeitados, de excelente compostura, de camisas y corbatas de seda, de impecable peinado. Y nos timaban. Nos robaban. Se reían de nosotros y se llevaban España a Suiza. O se la comían en espléndidas mariscadas sindicales.

Pero tanto timo, tanto engaño, tanto latrocinio nos ha llevado a esta España de matones de izquierdas, llenos de tatuajes cual viejos lobos marinos, que viven absortos por conservar las formas políticamente correctas. Para esta izquierda cainita que ha tomado ayuntamientos con la ayuda de la izquierda de cartón piedra del PSOE las formas correctas son los tatuajes, como para los otros era el perfecto afeitado. Y las camisetas de manga corta con imágenes del Che. Y barbas desaliñadas, tipo bandolero de sierra Morena.

España cainita ha dado un nuevo pendulazo y hemos pasado de las americanas y corbatas, de las camisas de seda y los gemelos de oro a la macarrería chulesca de esta izquierda gorrina que cree que el respeto ceremonial es de derechas, que los tuits amenazantes, ofensivos y despectivos son disculpables si son de izquierdas. Españolito que vienes al mundo, una de las dos Españas, la España macarra, la España pija, te enmarranará el futuro. Y cada una de ellas disculpa sus propias insensateces.

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Pedro de Hoyos

Escribir me permite disfrutar más y mejor de la vida, conocerme mejor y esforzarme en entender el mundo y a sus habitantes... porque ya os digo que de eso me gusta escribir: de la vida y de los que la viven.

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