El primer milagro de Jesús según san Juan es la conversión del agua en vino en la boda de Caná. Es, por cierto, un signo que subraya el valor del matrimonio, de la familia, como lugar donde Dios actúa, y de las nupcias de Cristo con la Iglesia, a las que son invitadas las naciones, conforme lo da a entender el vino, símbolo de la alegría mesiánica, que sustituye al agua de las purificaciones judías.
Domingo, 17 de febrero