Palpito Digital

José Muñoz Clares

El Dr. No y la tripulación catalana

La vuelta del Dr. No a la secretaría general del PSOE nos obliga a imaginar lo que hubiera sido la imposición de las obsesiones de Sánchez a los desconcertados socialistas de octubre de 2016. El bloqueo a Rajoy habría conducido a nuevas elecciones – las terceras – y con ello a posponer la incipiente recuperación que se aprecia en los datos económicos del país. Podemos sería ahora la segunda fuerza política, tras el PP, y quién sabe a qué despropósitos nos hubiera podido conducir el cada vez menos asumible y más pequeño Pablicolás de la mano del Dr. No. El socialismo se habría escindido en por lo menos dos facciones, la radical podemita y una dialogante, en la mejor tradición socialdemócrata, la que construyó el Estado del bienestar.

Pero no fue así, se impuso la cordura y Sánchez se fue a lamerse las heridas a EEUU y, ya de paso, a gafar a la candidata Clinton. Como quiera que sostiene el Dr. No una amistad con Iceta que le viene de atrás, y siendo Iceta el peor gafe que se recuerda en la historia de España – él apoya, fracaso seguro -, debe empezar a circular ya el meme de esa otra boda Sánchez/Iceta que no deja de dar alas a la secesión de ópera bufa que acaba de descubrirnos El País con la publicación de la ley cocida de tapadillo: Maduro no la habría hecho mejor.

Sánchez vuelve con una carga de rencor insondable a darle al PSOE lo que al pescado de régimen: vuelta y vuelta. De momento se ha autofulminado Hernando: visto el sable de segar cabezas él mismo le usurpa el trabajo al verdugo dándose muerte política en imposibles términos preventivos. Y ha hecho bien. Traidor para los sanchistas, no faltará quien lo tache de traidor desde el otro bando, que es lo que pasa cuando alguien juega con una baraja y su contraria para asegurarse la poltrona.

La ejecutiva que descabalgó a Sánchez sigue dentro, y Sánchez no lo puede tolerar en modo alguno. Jugaremos a Epi y Blas: dentro/fuera. Sánchez dentro, ejecutiva fuera. La lógica de la izquierda en que cree Sánchez demanda purgas para mantener las esencias, que pasan por negar el derecho a la existencia de un partido conservador cuyo estrépito de corruptelas no difiere del que vivimos en los 90 con los socialistas en el poder. Si ellos siguen vivos no se me alcanza a entender por qué razón los demás no.

Desde la negación como dogma, la legislatura tiene dos posibilidades: o Ciudadanos modera las ansias de PSOE/Podemos – circula ya un meme de la boda entre Sánchez y Bescansa – que persigue bloquear la administración diaria o se sube al carro de la demolición podemita y nos vemos a abocados a una nueva consulta electoral justo cuando la cuestión catalana haya entrado en proceso de erupción descontrolada y las fuerzas constitucionalistas tengan que acordar medidas para las que, según la cobardía imperante, se intentará dejar al gobierno solo ante las votaciones.

El Dr. No conspiraba para impedir un lanzamiento tripulado norteamericano; en su reedición quizás conspire para alentar una tripulación catalana a la inhabilitación y la cárcel. Esta segunda causa noble, aunque él no lo sabe, tiene más futuro. Y mucho mejor presente.

 

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José Muñoz Clares

Colaborador asiduo en la prensa de forma ininterrumpida desde la revista universitaria Campus, Diario 16 Murcia, La Opinión (Murcia), La Verdad (Murcia) y por último La Razón (Murcia) hasta que se cerró la edición, lo que acredita más de veinte años de publicaciones sostenidas en la prensa.

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