Palpito Digital

José Muñoz Clares

El pequeño Pablicolás y el culo de la Kardashian

Le pasa a este mentecato lo que a la Kardashian y su culo: que ha bastado enseñarlo tal cual para que 100.000 seguidores se le borren de su caterva de seguidroes tras ver que tan brava moza tiene una celulitis que se la come, al menos en lo que se ve de culo que, en las fotos oficiales, pule a base de photoshop. Si algún día se decide a enseñarnos las tetas me temo que la echen directamente de las redes sociales. Pues al pequeño Pablicolás está que le llega la hora porque el culo se lo tenemos visto casi desde que empezó la andadura de asaltar los cielos-¡menuda cursilada¡ -, y dio la orden de salir de las trincheras y allí que se encontró que nadie lo seguía, como se va a encontrar el pobre Puchi cuando diga de reclutar gente para hacerle la guerra a sus fantasmas.
El rosario de meteduras de pata, despropósitos y astracanadas de quien nos vino a salvar ha alcanzado su máximo esplendor precisamente cuando le han mentado bichas que comprometen las perras por las que se echó a la calle envuelto en banderas de un signo y del contrario. El apoyo al patán de Maduro y sus silencios mientras que las Cortes votaban contra el sátrapa se ven sólo superados por su mirar para otro lado mientras los ayatolás que le forran el riñón apedrean mujeres, cuelgan homosexuales por el cuello hasta que mueren o asesinan suníes por lo muy herejes que son. O alientan el ímpetu iconoclasta de esos desesperados del DAESH que amenazan con acabar con siglos de arqueología.
Desde tales presupuestos ideológicos no hay quien se crea que de verdad pretende con la moción de censura otra cosa que no sea llenar el silencio y el vacío en que se ha sumido una vez que – los dioses sean por ello eternamente alabados – desoyó los cantos del difunto Sánchez, el que hizo perder al PSOE tantos militantes como el culo de la Kardashian le ha hecho perder seguidores a su caprichosa dueña. Tuvo su oportunidad el coletitas de puentear a Rajoy aupando al poder un gobierno de perdedores y la desbarató a base de soberbia. Y ahora resulta que lo que entonces le resultaba apestoso – sentarse en la misma mesa que Ciudadanos – ahora lo tiene en vilo y anda con la cabeza perdida buscando quien lo escuche, igual que Puchi y sus colegas de fanfarria.
Y es que no hay como enfrentarse a las cosas tal cual son y no como nos las cuenta el titular de la fantasía. Se esperan nuevos episodios que acaben de despellejar al personajillo éste, cada vez más a la altura del pequeño Nicolás que tanto juego dio en los telediarios, cuando la falta de noticias conduce a la peor especie periodística a convertir en noticia lo que no debió pasar de chascarrillo. Y esa es la deriva que está tomando el pequeño Pablicolás: de ser Júpiter tronante lanzarrayos se va deslizando, sin que él advierta cambio alguno – el ego lo tiene bien puesto y nutrido -, a un terreno que tanto lo apea de la crónica política como lo sumerge en una cutre crónica de sociedad. Ese es su empeño y, por lo que llevamos visto, ha resultado un maestro en el arte de la degradación intelectual.

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José Muñoz Clares

Colaborador asiduo en la prensa de forma ininterrumpida desde la revista universitaria Campus, Diario 16 Murcia, La Opinión (Murcia), La Verdad (Murcia) y por último La Razón (Murcia) hasta que se cerró la edición, lo que acredita más de veinte años de publicaciones sostenidas en la prensa.

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