Palpito Digital

José Muñoz Clares

La Santa Advocación de la Juez Alaya

Hija de un despiste del encargado del registro civil, que puso Alaya donde debió ser Ayala – con mla pie empezó su vida justiciera -, desde que ascendió a los cielos de la audiencia provincial nos privó del espectáculo de verla venir con su cara de palo – y de ajo, y de oler a la con perdón – tirando de carrito de aeropuerto como si estuviera siempre en trance de irse al Caribe a celebrar su reboda con el mismo señor – hay que ser cursi, oiga, aparte de obcecada -, imagen viva de la justicia distante y desentendida de la chusma que la ha de sufrir. Por mirar con esa cara le cortaron el cuello a María Antonieta, la pobre. En el caso de la moza añosa que gloso la culpa es de una oposición que, por lo visto, acabó por saberse en plan bulímico, como todo opositor que se precie: entre comer para vomitar y estudiar para vomitar de forma ordenada unos temas apenas hay diferencia, por más que los temas, una vez vomitados, dejen peor cuerpo que los brebajes de borrachería. El caso es que los andaluces no han caído aún en que a la jueza Alaya hay que procesionarla bajo cualquier advocación: está pidiendo a gritos una cofradía que la saque en un trono bien dorado – estilo dórico de suburbio, como el oro -, rodeada de cirios erectos y amenazantes como púas de faquir, con esa cara de virgen procesionable que nos gasta que hasta los tirabuzones los tiene de pepona barroca y milagrera para este sur incansable en sus constantes folclóricas. Con apenas unos gadgets al alcance de cualquiera en un chino – siete puñales brotándole del pecho, un corazón tipo corazón de Jesús con leds rojos circulantes y una peineta de rebajas – se queda una imagen santa más bonita que un San Luis.
No es sólo por estética por lo que un clamor popular exige una procesión con una sola virgen – ella -, cuyo recorrido vaya desde la misma puerta de la audiencia de Sevilla hasta la puerta de la prisión – Sevilla 1, lo que hizo pedir a los de Betis que la próxima se llame Betis 2 -, dado que ha heredado esta neovirgen la facultad de indultar reclusos que hasta la fecha estaba en manos de distintos Cristos, a los que cabe imaginar ahora mismo mosqueados por los ímpetus de la intrusa. Ni que fuera de Podemos, dicen los cofrades, y todo a cuenta de los 10 o 12 empresarios que han obtenido indulto anticipado, sin las molestias del juicio oral, a base de retardos injustificados de la famosa juez Alaya, la que tuvo unos imposibles celos retroactivos hacia su sucesora, que al fin va poniendo orden en la parálisis gloriosa a que había conducido el ensimismamiento de la doña en su desfile diario por las televisiones de España. Datan los hechos investigados del año 2000. Estamos en 2016 y sólo sabemos seguro que la inactividad de Alaya ha conducido al indulto prematuro de esos 10 o 12 empresarios, que ahora tendrán que procesionar delante del paso de la advocación de la Sacratísima y Muy Apuñalada Virgen de la Excarcelación y del Maletín en Tránsito, ya digo, desde la puerta de la audiencia hasta la cárcel – Betis 2, por favor -, y de ahí a la audiencia de nuevo, donde se le dará libertad definitiva a los aspirantes a reos entre abrazos y lloros, beneficiados por el milagro de la juez Alaya.
¿No es como para procesionarla?

 

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José Muñoz Clares

Colaborador asiduo en la prensa de forma ininterrumpida desde la revista universitaria Campus, Diario 16 Murcia, La Opinión (Murcia), La Verdad (Murcia) y por último La Razón (Murcia) hasta que se cerró la edición, lo que acredita más de veinte años de publicaciones sostenidas en la prensa.

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