Pacos

Paco Sande

Belerofonte- Sánchez.

Belerofonte es un héroe legendario de la mitología griega y hoy quiero a relatar su historia.
Belerofonte, era hijo de Glauco y nieto de Sísifo, rey de Corinto.
Cuenta la leyenda que era un joven apuesto y valiente que, por un trágico accidente, había matado a su hermano durante una cacería. Hecho éste, que le había llevado a caer en desgracia de los dioses.
Con el propósito de ser purificado, decidió acudir al Rey Preto, de Tirinto.
Pero al poco tiempo de su llegada al palacio de Preto, Antea, esposa de éste, se enamoro de él e intento seducirlo.
El joven príncipe la rechazó y ella, despechada, lo acusó de intentar violarla.
El Rey creyó a su esposa, faltaría más, pero no se atrevió a castigarlo él mismo, para no vulnerar las leyes de la hospitalidad.
Por este motivo, al momento de la partida de Belerofonte del palacio, le entregó una carte sellada, que debía entregar al suegro de Preto, Yobates, rey de Licia.
El joven cumplió lo ordenado, ignorando lo que decía la carta.
La misiva decía: “El portador de esta carta debe morir, pues ha intentado violar a tu hija Antea”.
El monarca se quedó estupefacto ante la lectura de la carta, pero también él se sintió reacio a matar al joven príncipe, puesto que éste también era su huésped.
Entonces decidió encomendar al joven la misión de acabar con un monstruo voraz y terrible, que tenia aterrorizadas las regiones del sur del reino.
El monstruo se llamaba Quimera.
Quimera tenía tres cabezas: una de león, otra de macho cabrío, que le salía del lomo, y una de dragón o serpiente que le nacía en la cola.
Belerofonte, había oído que varios hombres valientes habían intentado acabar con la Quimera y no habían regresado, sin embargo, y puesto que se había enamorado de Filenoe, hija del Rey, no quiso rechazar la misión.
En su camino al encuentro del monstruo, pidió a la diosa Atenea, que le ayudara en tan difícil tarea. Ésta le hizo entrega de unas bridas de oro con las que podría dominar a Pegaso, el caballo alado.
Pegaso era el caballo de Zeus, que había nacido de la sangre derramada por Medusa, cuando Perseo le cortó la cabeza.
Cuenta la leyenda que el caballo solo bajaba a la tierra para beber de las aguas frescas y cristalinas de Hipocrene, la fuente que había brotado la primera vez que el caballo pisó tierra. Estaba dotado de una increíble velocidad y era inmortal.
Después de varios días de espera junto al manantial, Belerofonte, vio por fin, bajar al caballo, que se dispuso a beber. Al momento, el héroe saltó sobre el blanco corcel, pero éste reaccionó violentamente e intentó zafarse, hasta que Belerofonte consiguió ponerle la brida entre sus dientes y al instante se volvió dócil y obediente.
Una vez que se sintió seguro montando el brioso corcel y preparado para la lucha, salió en busca del monstruo.
La lucha fue feroz y encarnizada. Belerofonte conseguía evitar la respiración de La Quimera, gracias al vuelo sesgado de Pegaso.
Y aunque La Quimera tenía el cuerpo cubierto de flechas que Belerofonte le disparaba, seguía con vida, parecía inmortal.
Al final, el héroe introdujo en la garganta de la bestia una lanza, cuya punta era de plomo. El aliento incandescente de Quimera, derritió el plomo, que bajó goteando hacia su interior quemando todos los órganos de la bestia, que cayó muerta.
Su regreso al palacio de Yóbates, fue victorioso, pero el Rey, no estaba dispuesto, todavía, a dejarlo ir tan fácilmente y lo envió a otras dos misiones: luchar contra los salvajes Sólimos, y hacer frente a una banda de piratas que Carios que atacaban el reino.
De ambas salió airoso y ya, durante su regreso al reino, cayó en una emboscada que el mismísimo rey le había tendido decidido a librarse de él de una vez por todas.
Pero también de esta escapó. Se ve que el héroe tenía más vidas que un gato.
Y ahora si, por fin, el Rey se dio por vencido y le entregó a su hija como esposa.
Pero el héroe no se conformo con eso, había probado las mieles del éxito y quería más.
Lleno de orgullo y soberbia, decidió tomar el Olimpo, residencia de los dioses, y ganar la inmortalidad.
Y montando a Pegaso, hacia el Olimpo se dirigió.
Ante tanta osadía, Zeus, padre de los dioses y Rey inmortal del Olimpo, le mandó un mosquito que hizo que Pegaso se encabritara, arrojando a su jinete a las profundidades de la tierra.
Esta es la historia-leyenda del héroe que encarna el «defecto» de la «excesiva» ambición. Cuando por fin consigue montar a Pegaso, Belerofonte no contento con esto le obliga a llevarlo al Olimpo para convertirse en un dios y eso lo pierde. Lo que le sucedió a Pedro Sánchez. Sánchez consiguió “montar” a Pegaso, cuando, contra todo pronóstico, fue nombrado Secretario General del PSOE. Pero luego confundió a la “Quimera” que representa “Podemos” con un aliado y eso lo hizo caer en desgracia.
Mas tarde, cuando perdió las segundas elecciones contra Rajoy, pudo haber esperado su oportunidad y preparase, pero su excesivo egoísmo lo llevó de nuevo a confundir a Rajoy con su”Quimera” y a Podemos con Pegaso y así trató de llegar al Olimpo, pero esta vez Zeus, lo mandó a las profundidades de la tierra.
Esta es una lección que esperemos les haya servido a muchos, y nadie, ni Rajoy, ni el Pepe de Rajoy, -que parecen jugar a buscar unas terceras elecciones- ni a nadie en el PSOE, -donde parece que ha vuelto a rebrotar la “Quimera” y ya le han comenzado a crecer nuevas cabezas amenazadoras- se les ocurra seguir probando la paciencia de Zeus (los españoles). Que recuerden que un insignificante mosquito que pica el lomo de Pegaso y precipita al vacío a Belerofonte sin matarlo, lo deja lisiado y condenado a vagar apartado del resto del mundo toda su vida recordando su gloria pasada.

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