El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

¿Volveré a cosechar otro fracaso?

¿VOLVERÉ A COSECHAR OTRO FRACASO?

Vaya por delante esta advertencia previa, que, a veces, la verdad que cuenta la crónica que uno lee en un momento dado entra en clara contradicción con la fecha en la que dicho texto es publicado o ve la luz.

Apenas le faltan unas pocas hojas al calendario zaragozano del año en curso, pero ya he constatado lo evidente, la pésima herencia sentimental que me dejó el año pesado, pasado y par, y la certidumbre de que las condiciones para hallar pareja definitiva durante el 2019 no serán más favorables o mejores que las que me deparó el 2018, que ya es historia.

Tengo para mí que la fácil receta de la diversidad puede ser útil en otros ámbitos del saber, pero en el campo sentimental, que es el que a mí me interesa, ocupa y preocupa, aunque las/os demás adviertan en mi manera de pensar un mero prejuicio, a ese socorrido recurso le guipo escaso recorrido y hasta nulo provecho.

El 2018, pretérito, ha sido uno de los mejores y de los peores años de mi existencia. Y, aunque para una legión (de ellas y ellos) la frase anterior contenga una evidente paradoja, esta no deja de ser por ello cierta y aun certísima. Durante mis vacaciones estivales en la isla donde se yergue majestuoso e imponente el Teide, tuve la gran suerte de trabar amistad y diálogo fructífero con una mujer de bandera (aunque aquí, en España, el susodicho símbolo ande desprestigiado hasta unos límites insospechados), Pilar, que, para mi desgracia, reunía un cúmulo de circunstancias o condiciones que la hacían pésima candidata para ser mi anhelada y futura esposa. ¡Cuánta razón tenía José Ortega y Gasset cuando profirió y dejó escrito en letras de molde este aserto: “Yo soy yo y mi circunstancia; y si no la salvo a ella no me salvo yo”. Pilar se decantó por salvar su circunstancia mediata y veterana, sin reparar en que su decisión llevaba aparejada, como consecuencia lógica o correlato normal, la condena de su circunstancia inmediata y reciente, yo. No la culpé ni la culpo ni la culparé, porque, en su caso, en el supuesto de que yo hubiera estado en su piel, calzando sus zapatos, acaso hubiera optado por la misma salida (¿de pie de banco?) o varilla del abanico.

Así las cosas, servidor, me temo, aun gozando de la doble condición favorable de libre y soltero, no lo tendrá más fácil que en el 2018, si no da con quien disfrute y disponga de igual binomio venturoso. La aversión al riesgo, más o menos reprimida o suelta, influirá necesariamente en mis pautas de comportamiento. El desenlace perjudicial del 2018 no invita a echar, festivamente, las campanas al vuelo, pero, si percibo una ocasión u oportunidad pintiparada, la aprovecharé, no la dejaré escapar, aunque este peregrino del amor que acarreo, contengo o porto, a la postre, vuelva a cosechar un nuevo fracaso sentimental.

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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