El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

A ver qué tal se porta el invisible

A VER QUÉ TAL SE PORTA EL INVISIBLE

Dilecta Pilar:

Había decidido obsequiarte (quiero decir, que había pensado regalarte con arte) un vagón repleto de ironía para el año que viene, pero acabo de leer tu columna “Mi patinete” en el Heraldo de Aragón; y he comprobado que, dizque, tienes en casa un pozo lleno de la tal del que vas sacando la que te hace falta. Tu reivindicación de que alguien se ponga manos a la obra y ordene el desaguisado de vehículos de transporte que hay para poder transitar sin más obstáculos de los debidos es, más que cabal, justísima. Y puedes estar segura de que tu idea de que alguien fabrique un patinete anfibio electrónico ya la tiene en la cabeza como proyecto que anda en vía de pronto desarrollo una persona con movilidad reducida.

Celebro que, haciendo gala de un estupendo sentido del humor, dejes caer tu crítica como sin querer.

Es normal que te gusten las Navidades, si no te ha acaecido nada que haga que las aborrezcas. Puede que recordar a quien perdiste por aquellas fechas y ya no puedes abrazarlo te entristezca sobremanera. Como te consta, cada quien habla de la feria, el mercado y las ventas según le ha/n ido a él.

Bien. Pasé la Nochebuena , como en años anteriores, en Cascante con tu tocaya, mi hermana María del Pilar, mi cuñado Jesús, sus amigos (estuvimos tomando con ellos cañas o vinos antes de cenar), mis sobrinos Alba y Adrián, y la familia de la madre de Jesús, Concepción, y su hermana. Lo pasamos muy bien. Llegamos a las 3 de la madrugada a casa. El día de Navidad (tras la misa por mi hermano José Javier y tomarnos un vermú, al que nos invitó Alfredo Sarnago, amigo de nuestro difunto hermano, socio de la peña “La Teba”, comí en casa de Carmen, con la mentada, madre de mi cuñada Alicia, esta, mi hermano Miguel Ángel, mis sobrinas Rocío y Natalia, las hermanas de Alicia, Angelines y Cristina, y José Luis, cuñado de Carmen. Disfrutamos un montón del suculento banquete.

Es muy difícil ser madre/padre, porque los mencionados no vienen con un manual para serlo estupendo. Los malos padres suelen ser también buenos y hasta excelentes. Depende de nuestro punto de vista y la lejanía o cercanía con el hecho que juzguemos, tengamos en consideración o valoremos.

Continúa con las mismas (tus merecidas semivacaciones).

De verdad, de la buena (en el país de los euros de madera, claro; es zumba).

A ver qué tal se porta el amigo invisible. Yo le he comprado a mi hermana (me tocó ella en el sorteo) un pañuelo.

Dichosa despedida de año y feliz ingreso en el 2019.

Otro (de tu amigo Otramotro).

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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