El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Misiva al relator, Carlos Alsina

MISIVA AL RELATOR, CARLOS ALSINA

(ZASCAS SIN CUENTO A UN TÍTERE O VICARIO)

Dilecto Carlos Alsina:

Déjame que te felicite por la entrevista (es mi deseo y mi esperanza que, como ha hecho el abajo firmante, servidor, hayan sido muchos los catalanes, ellas y ellos, los que hayan coronado la misma operación y sean plenamente conscientes de quién los representa, para que no se lleven más engaños y sepan a qué atenerse) que le hiciste (ya sé, ya, aunque he dudado, debería de haberme decantado por escribir “varapalo que le diste”, pero quiero mantener, a lo ancho y largo de esta urdidura —o “urdiblanda”—, las formas) el miércoles pasado al Molt Honorable President de la Generalitat, Quim Torra (¿habrá podido dormir desde el repaso?; yo, al menos, en su caso, reconozco que no hubiera logrado conciliar el sueño; por cierto, que, desde entonces, desde que escuché la entrevista de cabo a rabo, me hago cruces, porque aún no he conseguido salir de mi asombro, o sea, entender cómo no encontraron entre las filas de los candidatos a representar a los catalanes partidarios de la independencia alguien con más empaque, fuste y rasmia para tan alta dignidad —bueno, él, al parecer, se conforma con ser vicario de Puigdemont, el cobarde huido, que no exiliado, llamemos a las cosas, en este caso, personas, por su nombre—, porque el otro día en la emisora de Onda Cero, durante el programa “Más de uno”, que presenta(ba)s, el mentado, sin papeles —me refiero a los escritos de antemano y que luego lee; porque los que estaban en blanco encima de la mesa, aunque los fue garabateando, vinieron a terminar como él, en “na… de …na”, nada de nada o, por variar, en una versión jocosa, naranjas de la China—, tuve la impresión refractaria de que no valía —siendo generoso— ni para representarse a sí mismo).

Si, en el futuro, algún independentista insiste, de nuevo, en la necesidad imperiosa de encontrar a un relator para solucionar el insoluble (solo soportable o “conllevante”, palabro que ha resultado de una sencilla operación de evolución o deriva del verbo conllevar, que usó Ortega y Gasset hace casi un siglo para referirse al hecho) problema, la cuestión catalana, yo lo tengo claro, te propongo o nomino en este mismo instante para dicho papel mediador, porque (aunque haya otros muchos que podrían cumplir colmada y estupendamente, con creces, con dicho rol, para no perder el tiempo buscándolo) tú lo eres, y de una pieza.

En unos minutos abatiste o desarmaste el montaje del derecho a la autodeterminación o a decidir y demás zarandajas que llevan los independentistas grabados a fuego o inculcados en su pesquis.

Hay que dialogar, sí, pero con quien aduzca argumentos y razones de peso, no sofismas ni tonterías. Tú hablaste con Torra y pudiste comprobar lo que constatamos cuantos os escuchamos a ambos (que lo de él era un discurso manipulador, mendaz, que trataba de tergiversar y retorcer al máximo la realidad de las palabras y los hechos en su propio beneficio y en el de los suyos), que cuando intentabas rascar un poco, te dabas cuenta de que debajo de la apariencia de criterio no había más que una colección de embelecos, que quería hacer pasar por nutrido muestrario de verdades irrefutables. Que la democracia está por encima de la Constitución, ley de leyes, solo lo puede sostener un sofista, alguien que ni quiere democracia (o esta le importa un bledo) ni quiere ley (ídem).

Gracias, muchas gracias, por la lección (algunas malas, por injustas, lenguas, con las que discrepo abiertamente, han repetido hasta el hartazgo el hallazgo de que lo que hiciste a Torra fue un tercer grado) de buen hacer periodístico (y es que he asistido a entrevistas en las que al entrevistado, ella o él, el entrevistador, ella o él, se limitó a hacerle un masaje).

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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