El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Si te lo dije entonces, me reitero

SI TE LO DIJE ENTONCES, ME REITERO

Dilecta Pilar:

Son las 11 menos siete minutos del lunes, 19 de los corrientes mes y año.

El sábado me lo pasé bien. Mejor que bien. Hablé con tu tocaya. Salí a tomar el póquer de zuritos con Pío. Y leí y escribí, menos de lo habitual (solo tres textos; suelo urdir seis o siete durante el “finde”).

Pues intentaré quitarte el menor tiempo posible para que tus tareas no se vean incordiadas con mis correos.

Celebro que no te estreses. Acaso lo haga yo al no interpretar correctamente algunas de las palabras que te leo en alguno de tus correos.

Me alegra que estuvieras alegre al sentir a toda tu familia junta por un motivo alegre; y que pudieras jugar con tu cumpleañero sobrino.

Gracias por las fotos y por la tribuna (que creo que leí otrora, y te comenté a la sazón). Si no te lo dije entonces, te digo ahora que con tu texto vuelves a estar como persona a la ardua y dura altura de las circunstancias en el tema de nuestro tiempo (como ves, sin querer, sin pretenderlo ni preverlo, he echado mano del título de una obra de Ortega y Gasset), las diferencias dinerarias existentes entre los seres humanos (unos tanto y otros tan poco) que poblamos el planeta Tierra.

La solidaridad nunca estuvo, está ni estará de más, nunca sobra (al contrario, suele faltar o yo, ante tan injusto reparto de la riqueza/pobreza, acostumbro a echarla de menos).

A veces nuestras palabras desmienten nuestros actos y la incoherencia se abre paso a los ojos atentos, despiertos e inteligentes de los demás. Y con este breve comentario no digo que tú lo hagas. Yo no asisto a tu proceder diario. Sí a qué dice mi espejo matutino, que no me engaña (tampoco yo le engaño, ni es mi propósito hacerlo).

Eso lo dices porque eres mujer. Y eso decía Jesús de Nazaret (“Dejad que los niños se acerquen a mí”). Ahora quien está con niños y no es su entrenador, profesor o padre (ni familiar de esos críos) es visto con malos ojos, de mal manera (hasta ese extremo ha llegado el prejuicio, el caso, la cosa), como un posible pederasta.

No son halagos. Son criterios cabales. Entiendo que te puedan parecer tales. Espero que tú entiendas mi parecer, que me entiendas.

Otro (de ese mismo jaez, de tu amigo Otramotro).

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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