El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Que se halle solución pronto a la cosa

QUE SE HALLE SOLUCIÓN PRONTO A LA COSA

Dilecta Pilar:

Celebro que así sea, que se halle solución pronto al caso o la cosa.

He vuelto a los tres o cuatro zuritos de rigor, sí, que me vienen estupendamente (es poco el alcohol ingerido). Amén de hablar con Pío de esto, eso y/o aquello, aprovecho a hacerlo también con otras/os (hermano/s, sobrinas/os, amigas/os, conocidas/os, etc.) que encuentro en el periplo o recorrido “zuriteril”. En Tudela, aseguro, hace tanto frío como en Zaragoza, seguro, sensación que acrecienta o recrudece aún más el cierzo, gélido. Ahora, recién dadas las diez de la mañana, teníamos cinco grados, si marca bien la temperatura el aparato (mitad reloj, mitad medidor de temperatura) de la esquina (creo que es propiedad del estanco) que he mirado, claro.

Entonces, todo seguirá según costumbre; como es habitual, yo seré más extenso en mis comentarios.

Insisto e itero. No tienes obligación de contestar mis correos. Cuando puedas y quieras, lo haces.

Si hubiera sabido el hecho, que tu deudo cumplía ayer años, te hubiera encargado que hicieras ayer el encargo que hoy, ahora, te hago, que le des, con un día de retraso, un par de ósculos (uno en cada uno de sus carrillos) a tu pacífica (aunque dé un poco de guerra) sobrina, Irene. Los niños ayudan a ver la vida con más esperanza si cabe, sí, que cabe; la esperanza abarca mucho espacio, es omnímoda, pero ocupa poco.

Creo que aciertas de lleno en el blanco o centro de la diana cuando ves la amistad así. La amistad (lo aprendes con el lapso o paso del tiempo transcurrido, con la sensatez que te van concediendo los años acumulados, la experiencia, “madre de la ciencia”, la llamaba mi piadoso padre, Eusebio, si sabes aprovecharla, sacarle el máximo partido), según mi parecer, es, junto con el amor, uno de los cimientos, fundamentos o pilares de la vida humana, de los seres sociales que somos las personas. Uno se achaca ahora o viene reprochándose desde hace años por qué no hizo más por mantener los lazos de amistad que inició y mantuvo otrora con determinados colegas. Aunque de esa ruptura no es único responsable (aunque uno tenga siempre más culpa que otro) uno de los miembros de la relación de amistad (ocurre lo propio con la relación de pareja), la que sea.

Con los bebés (ellas y ellos) y con los niños (ídem) se debería hacer como con la madre, darle los besos sin cuento de los que habla Catulo en uno de sus cármenes a Lesbia. Pero ahora eso está penado, según qué ojos.

Celebro que te parezcan aciertos. Lo tendré en cuenta cuando veas en mis asertos fallos, para promediar. No verme hoy un genio y mañana o pasado mañana tampoco un lerdo.

Pues guardaremos este acuerdo completo para cuando discrepemos totalmente en otro asunto, el que sea. Así llegaremos a la conclusión, benéfica para ambos, de que los amigos pueden abundar en un tema y disentir en otro y seguir siendo amigos.

Así es, “también en encuentros y separaciones”. Ayer, martes, verbigracia, puse fin a la extraña relación amorosa/literaria que mantenía con tu tocaya gallega, Pilar. Voy a ver qué escribo sobre ello cuando termine de contestarte a este.

Lo que le escribía a mi amada Pilar era certísimo. Agradezco sobremanera la muestra de empatía, que sientas la ruptura. Empezó siendo, como te día en el parágrafo precedente un ejercicio afectivo/literario, pero devino real como la vida misma. Mutatis mutandis, cambiando lo que debe ser cambiado, quiero decir, a menor escala, en lo concerniente a mi amor con Pilar me ha pasado tres cuartos de lo que le debió acaecer a Cervantes con su Quijote, eso interpreto, que el asunto se le/me fue de las manos.

Otro (abrazo, tan santo como el tuyo, de tu amigo Otramotro).

Ángel Sáez García
[email protected]

Post Scriptum. Por cierto, olvidábaseme comentarte que hoy ha habido suerte y sí he leído tu columna sobre “Los otros santos”, los nuevos o recientes santos, en el Heraldo y me ha gustado mucho.

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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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