El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

¿Por qué razón llenó Vox Vistalegre?

¿POR QUÉ RAZÓN LLENÓ VOX VISTALEGRE?

El lunes pasado, quince de octubre, tras escribir con la ayuda de un ordenador una epístola (que publicaré, Deo volente, el día de Todos los Santos) y tres décimas (que verán la luz en mi bitácora este mes o el siguiente) en la biblioteca pública de Tudela, nada más llegar a casa, extraje del buzón, además de dos citaciones médicas (una, absurda, para las 08 horas y 30 minutos del día de la fecha —así que me fue meramente imposible acudir a la misma— y otra, sensata, para dentro de un mes exacto, el quince de noviembre), saqué un sobre blanco cerrado, sin dirección ni remite, en el que alguien (que, sin ninguna duda, me conoce, sabe dónde vivo y me lee, porque, si tomo en consideración el estilo literario que maneja, usa expresiones que he utilizado antes —y diversas veces— en varios de mis textos) había introducido un folio sin firma en el que pude leer lo siguiente:

“El grueso de la actual clase política española, que ni tiene clase ni hace política, está conformado por un grupo de personas perezosas, carentes (al parecer) de estética y ética, que, cuando no se dedican a tomarnos impunemente el pelo, ocupan la mayor parte de su tiempo en intentar y conseguir robar a manos llenas del erario público o en desbrozar el terreno para que ese menester lo ejerzan otros; dineros o pasta gansa que aportamos (casi) todos los ciudadanos a fin de hacer una sociedad más justa, con mayor bienestar (para los susodichos). Está claro que los partidos mayoritarios, los que han llevado o manejado más años las riendas del poder (nacional, autonómico o municipal), más trozo de tarta se han llevado en el reparto. Llama la atención que han sido pocos, muy pocos (se pueden contar con los dedos de las dos manos), los políticos profesionales de los dos grandes partidos que han probado su gallardía, su probidad y sus redaños a la hora de jugarse incluso el puesto al denunciar el chanchullo del que tuvieron conocimiento, una cuenta del largo rosario o sinfín de casos de corrupción que han acaecido en la piel de toro, España. Muchos ciudadanos de a pie se ven hoy con una mano delante y con otra detrás por el pésimo hacer (cuando no un clamoroso dolce far niente, dulce no hacer nada) de los “hunos” y de los “hotros”. Los máximos culpables del estado actual en el que se hallan las cosas y los casos en el Estado son, digámoslo claro, sin ambages, PSOE y PP.

“Yo, lo confieso (sin tener que acudir a más rodeos que este, en el supuesto de que este sea uno de ellos), no confío en ningún partido político. En ninguno veo que abunden las personas íntegras, con verdadera vocación de servicio público, que aspiren, como yo, a un futuro de máxima ecuanimidad social. En las sedes de los partidos (me consta, porque tengo amigos de todas las ideologías) no preguntan las razones por las que la gente se afilia a la formación, la que sea. Con que se comprometan a pagar la cuota basta. ¿Por qué en Andalucía sigue mandando el PSOE? ¿Alguien se ha hecho alguna vez esta pregunta? ¿Qué hay debajo de lo que se ve, la punta del iceberg, para que los que gobernaron allí, en dicha Comunidad Autónoma, sigan gobernando, después de hacerlo (siendo generoso en la calificación) regular? ¿Es saludable, democráticamente hablando, que no haya habido nunca un cambio político? A mí, si he de decir la fetén, constatar dicha realidad me huele entre mal y muy mal.

“¿Quiénes son también responsables de que en Cataluña haya habido un intento de golpe de Estado blando? ¿Acaso González y Zapatero, Aznar y Rajoy pretenden desentenderse de lo que han contribuido con su dejación de funciones de control a favorecer indirectamente? ¿Alguno de los cuatro reyes de la baraja citados en ese juego (ahora sabemos que sucio) del “do ut des”, de “esto te doy para que me apoyes en el Parlamento”, vio venir el tsunami que ha arribado inopinadamente a puerto?

“¿Alguien se extraña de que, de un tiempo a esta parte, en Europa, elección tras elección, las urnas se vayan llenando de sufragios a favor de la extrema derecha? ¿De que el nacionalismo, el populismo y la xenofobia sean los nuevos fantasmas que recorren hoy el viejo continente? ¿De que Vox llenara recientemente Vistalegre, como otrora hizo Podemos? ¿Acaso España iba a ser una excepción a dicha regla?”.

Como el autor (solo por el aparte en el que dice, entre paréntesis, “siendo generoso en la calificación”, me decanto por apostar que es varón) anónimo de las líneas que contienen los cuatro párrafos precedentes, entrecomillados (ignoro las razones por las que no las firmó), no dice qué he de hacer con las mismas, colijo (desconozco si el atento y desocupado lector, sea ella o él, coincide conmigo en el parecer) que deja esa exclusiva decisión a mi entera y libre elección, a mi voluntad. Como con varias de las cosas que dice en ellas (no tan descabelladas) estoy de acuerdo, procedo a reconocer lo que he tratado de dejar aclarado, cristalino, que yo solo me hago responsable de lo que he urdido, el título y los parágrafos inicial y final de este texto, así como de la resolución de publicarlo en mi bitácora.

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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