El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

¿Dudabas de que al tal no le encantara?

¿DUDABAS DE QUE AL TAL NO LE ENCANTARA?

Dilecta Pilar:

Me agrada y halaga que te parezca mejor cómo ha quedado “Celebro que te guste el resultado”. En principio, lo publicaré el 9 de agosto en mi bitácora.

Procuraré sentirme así. La libertad es la condición previa (agregaré que imprescindible, también) para que lo que urda un autor (ella o él) merezca la pena ser (re)leído. A ver si trenzo algo antes de fin de mes, que es el plazo límite para la entrega, ¿no?

Te veo estupendamente disfrazada de Santa Teresa. Es zumba.

Ayer casi terminé mi colaboración. Dale las gracias de mi parte a María José por sus breves líneas. Creo que encaja con lo que la susodicha dice en ellas. Tengo que sacar una copia, corregirlo y leerlo (en voz alta).

No te resto más tiempo. Sigue con esas tareas que reclaman tu atención.

Te mando (abajo) los párrafos que he agavillado para el libro/homenaje a María Antonia Martín Zorraquino. Espero y deseo que os parezca que pueden encajar (sin desentonar) con los vuestros, es decir, que sean publicables.

Que pases feliz “finde”.

Gracias a ti, por la gestión.

Pues itero (sin, en sentido estricto, reiterar) lo dicho arriba; no te despisto de él.

Celebro que te haya agradado. Mi propósito era que le gustara a la destinataria (a quien conozco tan poco que…, dudaba y dudaba y dudaba…), la arriba mencionada (de quien tengo un recuerdo inmarcesible, excelente). A ver si ocurre lo mismo con ella. Muchas gracias a María José por hacerte llegar la iniciativa y a ti por trasladármela a mí.

Sota, caballo y rey. Lo habitual en este sujeto, un animal de costumbres, ya sabes. Salí el sábado por la tarde con Pío a tomar unos zuritos (esta vez sumé uno más de los habituales, porque hubo repóquer, 5) y aproveché las horas leyendo, paseando y escribiendo.

¿Dudabas de que al tal no le encantara? ¡Mira cuánto lo amas que has dado por buenas todas y cada una de las horas que has invertido en el álbum!

Ese era el único fin u objetivo que buscaba, perseguía o pretendía. De veras. Es mi deseo y mi esperanza que así sea.

Aunque otrora amé hasta el desprendimiento, concomitante con la locura, ojalá volviera a amar pronto tanto a una persona como haces tú, con la misma pasión que pones tú con tu pareja. Debes estar orgullosa del amor que le profesas y del resultado de tantas horas de trabajo invertido (participio que aquí nada tiene que ver con el significado que adquiere en el ámbito sexual, claro), empleado.

Me coges en la biblioteca (intento rematar el artículo que publicaré el jueves y que lleva el título de “Hay piezas que me faltan/sobran en el puzle”).

De nada. Procuro ser ecuánime, pero si mis palabras te parecen oportunas y cabales, pues mejor que mejor.

Nada que no haya sido hecho con pasión merecerá la pena ver, oír, tocar, gustar, oler, (re)leer, contemplar arrobado, admirar,… Celebro que haya correspondencia.

“La intuición de una mujer es más exacta que la certeza de un hombre” escribió (y, por lo visto, atinó) Rudyard Kipling. Ciertamente, la mañana cundió y eso mismo acaeció por la tarde. El texto que pensé publicar el jueves ha visto la luz hoy, a la hora bruja, una jornada antes, y mañana verá la tal el que terminé de urdir (solo me falta corregirlo y releerlo en voz alta) a vespertina hora.

Está claro que o una/o se pone a la tarea o la labor no se hace (salvo que seas un santo, verbigracia, el patrón de Madrid, San Isidro Labrador).

Seguimos aquí entonces.

Otro (de tu amigo Otramotro).

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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