A PILAR, MUJER PERFECTA
Llegué a la conclusión recta
De que estaba enamorado
Cuando, cual desesperado,
De la manera correcta,
Buscaba yo a la interfecta.
Primero fui a la piscina,
Que, de forma repentina,
Visité, mas no la hallé.
Luego donde detallé
A ella, rogándome “atina;
Por favor, Ángel, atina”.
Ángel Sáez García
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