¿CÓMO TRABÉ COLOQUIO CON MI AMADA?
“—Diré, aunque me equivoque, que es docente
Usted, o que lo ha sido y ejercido,
Si ya está jubilada. Lo ha inferido,
Tras ene datos procesar, mi mente”.
En la mesa de al lado, como oyente,
Comía servidor, que fue elegido
Por la naturaleza (o quizá ungido
Por Dios) para emitir lo concluyente.
A la nieta instruía bien la abuela
En lo tocante a viandas y bebidas
Con razones de peso, no fingidas.
Y la imaginación aquí no vuela,
Pues quien testigo fue de lo ocurrido
Dirá que soy veraz, que no he mentido.
Ángel Sáez García
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