El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

¿Qué opino del actual Ejecutivo?

¿QUÉ OPINO DEL ACTUAL EJECUTIVO?

“Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los cardos? Del mismo modo, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. Un árbol bueno no puede dar fruto malo, y un árbol malo no puede dar fruto bueno. Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego. Así que por sus frutos los conoceréis”.

Evangelio de San Mateo, capítulo 7, versículos del 16 al 21.

Empezaré esta urdidura (o “urdiblanda”) echando mano de una lítote/s o litote/s, figura o recurso literario que, en retórica, comparte significado con su sinónima, la atenuación, expresión de la que el hablante (o escritor) se vale o hace uso para, mediante la negación de lo opuesto, aseverar lo que sea o desea. No me parece mal (esto es, me parece bien) que la gente manifieste su idea o punto de vista de todo aquel asunto sobre el que quiera opinar. Ahora bien, el Gobierno de Sánchez no ha hecho más que arrancar (sus miembros acaban de prometer su cargo y recibir las carteras de sus respectivos ministerios de manos de quienes en ese mismo momento cesaban como ministras/os). Ergo, lo lógico es que, si alguien me pregunta mi opinión sobre el actual Ejecutivo, reduzca mi comentario a hacer una referencia escueta a la corazonada, el pálpito o presentimiento que he tenido al conocer sus nombres y antecedentes o trayectorias profesionales (si me constan), o sea, si los elementos seleccionados conforman, según mi parecer, un grupo cohesionado o no (si se va a poder formar con las/os mimbres elegidas/os un buen cesto o no), si, mutatis mutandis, me parecen bien los instrumentos (o ministros escogidos) por el director de la orquesta, Sánchez, porque espero no cometer el craso error de prejuzgar (como al atento y desocupado lector, sea ella o él, le consta, Albert Einstein nos aleccionó cuando dijo y dejó escrito esto: “¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”), ya que, para poder formular un criterio motivado al respecto, he de esperar a ver (escuchar) cómo suenan las piezas musicales que interpreten. En plata o a la pata la llana, lo que una/o deduce o interpreta cuando escucha o lee los versículos de arriba, pertenecientes al capítulo 7 del evangelio de San Mateo, que he elegido para que hicieran las veces del epígrafe oportuno para encabezar esta urdidura (o “urdiblanda”).

Los gobiernos demuestran ser buenos, regulares o malos no el día que echan a andar o zarpan, sino el que arriban al previsto puerto. Ahora solo son caras o meras fotos con sus respectivos currículums (conocidos o no). Faltan sus pensamientos, sus dichos y sus hechos, a partir del acto de prometer su cargo y adquirir, a renglón seguido, su condición de ministras/os. Veremos si hay un hilo conductor entre ellos, si se advierte coherencia o no.

Ha de transcurrir necesariamente el tiempo para comprobar si el reto que cada ministra/o se proponga alcanzar o conseguir (cuando lo manifieste, claro) lo logró o no. Veremos si los dones, capacidades o virtudes que un día tuvieron y sospechábamos que aún atesoraban seguían manteniéndolos/as (y hasta los/as habían potenciado o multiplicado) o, por el contrario, por los motivos que fueran, estas/os habían menguado (o incluso desaparecido).

Entiendo que no falte quien se haya admirado de la excelente selección o elenco hecho por Sánchez, pero, si seguimos el hilo de Ariadna, esa muestra de asombro es consecuencia o corolario de una causa u origen, el lógico prejuicio, mencionado arriba. Mi opinión sobre (el veleta que fue) Sánchez (a quien reconozco que rebauticé en varios textos como “Pierre Nodoyuna”, el personaje de dos series de dibujos animados de la factoría Hanna-Barbera: “Los autos locos” y “El escuadrón diabólico”) no era buena (acaso halle algún lector aquí, en esta digresión o excurso, mi propósito de cerrar pronto el círculo, quiero decir, rematar la presente urdidura o “urdiblanda”, pues he vuelto a echar mano de la lítote/s o litote/s), por los bandazos o zigzags que había dado o descrito su versátil o inconstante actitud, pero, si quiero ser honesto (con los demás y conmigo mismo; y es mi voluntad serlo con todos, sin duda y sin excepción), desde el punto de vista intelectual y ético, debo aguardar a que acaezcan, o sea, tengan lugar, sus comportamientos y los de los miembros de su Gabinete para poder dar mi parecer a ciencia cierta, con conocimiento de causa, y no perecer (debido a mi bobo prejuicio o proceder) en el intento.

Ignoro si Sánchez ha leído alguna vez algún poema del vate griego Píndaro. Haya hecho tal cosa o no, tengo para mí que ha sabido sacarle punta y rendimiento a uno de sus imperecederos pensamientos: “Aprovecha la oportunidad en todas las cosas; no hay mérito mayor”.

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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