DE ENMENDARME HE DE ALEGRARME
Pirrón de Elis enseñaba
Que una opinión no era un clavo,
Ni él señor ni yo su esclavo;
Que erraba si me empeñaba
En seguirlo o me ensañaba
Con él por aleccionarme,
Perdonarlo o perdonarme
Por verdad haber tenido
Lo mendaz o fementido.
De enmendarme he de alegrarme.
Ángel Sáez García
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