El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

No puede ser el símil más disímil

NO PUEDE SER EL SÍMIL MÁS DISÍMIL

Aunque hoy me he levantado de la siesta con ganas de trenzar un buen soneto, tras haberme enterado de una nueva (que me ha sonado a vieja, cual la tos), ese hecho me ha llevado a otro camino. Y por urdir me ha dado otro tejido que el atento lector (hembra o varón), podrá ponderar, sí, si persevera.

“Eternorretornable” es la existencia porque algunos sujetos, dentro de ella, se entrenan a conciencia, esto es, se esfuerzan a fin de confirmar, precisamente, que sigue en vigor, sí, el mentado aserto, que “eternorretornable” es la existencia. Sin duda, es Joan Tardà uno de los tales, portavoz de ERC y/o “portacoz” en el Congreso de los Diputados.

Cuando Tardà repara en lo notorio, que lleva tiempo sin sacar los pies del tiesto (sin rodeos, excederse), viene a decirse a sí mismo, a la llana: ya no aguanto más, tengo que soltar para que los mass media hablen de mí, aunque me venga mal, una chorrada. Empiezo a echar de menos, verbigracia, que Otramotro no vuelva a motejarme con mi alias predilecto o preferido de “Pelopicopata”. Según él, cada vez que me suelto la melena y le doy a la mui meto la pata.

Así que servidor en esas se halla, en volver por sus fueros porque el tardo Tardà ha vuelto, a su vez, a ir por los suyos.

El porta(c-v)oz de ERC en la Cámara Baja (según leí ayer en la información que llevaba el titular de “Tardà compara a los presos del ‘procés’ con Mandela” y firmaba Leonor Mayor Oreja en la edición digital de La Vanguardia), en la sesión de control al Gobierno, comparó a Oriol Junqueras y a los Jordis (Sánchez y Cuixart) con quien estuvo preso durante 27 años en las cárceles de Sudáfrica, con “Madiba”, activista contra el apartheid, (que significa “separación” en afrikáans), sistema de segregación racial que estuvo en vigor hasta el 1992. En plata, nihil novum sub sole, nada nuevo bajo el sol. En mi criterio, no puede ser el símil más disímil.

In illo témpore escribí un texto en prosa en el que hablaba de la última salida de pata de banco de Tardà cuyo parágrafo postrero decía así: “El menda lerenda, ‘Otramotro’, tiende a establecer algunas diferencias o distingos entre los vocablos ‘ignorante’ y ‘tonto’. Así, tengo para mí que todos desconocemos grandes parcelas del saber, o sea, que somos unos ignorantes de tomo y lomo, pero no todos ignoramos las mismas cosas. Sostengo que tonto no es el que no sabe (quien no sabe es un ignorante o, si usted lo prefiere, un nesciente); tonto es el que no aprende ni a la cuarta, ni a la quinta, ni a la sexta, ni a la enésima vez, dado el escaso caso que hace a las críticas que le formulan y/o el ningún interés que pone en aprender o dada la poquedad de sus entendederas”. Y, más recientemente, asimismo, he urdido un poema sarcástico que lo finaba esta redondilla, asperjada con gotas de la ironía más mordaz del mercado: “Quien quiere comer aparte / acaso lo haga por gula. / ¿Para qué obtuvo la bula? / ¿Solo para comer arte?”.

Y, como colofón de esta urdidura (o “urdiblanda”), permítame, lector (ella o él), que insista en que no puede haber un símil más disímil que el que se sacó de la manga o de la chistera (de chiste) Tardà. E itere, además, en lo que creo, sinceramente y a pies juntillas, que el eterno retorno es un hecho irrefutable y que acerté de lleno en el blanco o centro de la diana cuando otrora, hace muchos años, rebauticé a Tardà “Pelopicopata”, porque cada vez que se soltaba el pelo y le daba al pico volvía a meter indefectible e irremediablemente la pata.

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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