MI FE DEPOSITÉ EN TI, INFIEL ESPOSO
No puedo permitir que mi existencia
Esté supeditada a la de nadie,
Aunque tu aura, Ramiro, paz irradie
Allí donde radique tu presencia.
No puede permitir mi ego o conciencia
Fingir que soy parásita y lo radie,
Como proclamó el cíclope que Nadie,
Ulises, le cegó su quintaesencia.
Mi fe deposité en ti, infiel esposo,
Pues cuernos deparaste, no diadema,
Para adornar mi testa, arena o coso.
El aliento del pánico en mi nuca,
Que desde niña escuece, porque quema,
Astuta me ha hecho ser, persona cuca.
Ángel Sáez García
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