El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

¿Te avienes a que sea Ángel, el vate?

¿TE AVIENES A QUE SEA ÁNGEL, EL VATE?

Dilecta Pilar:

Si me permites completar o complementar tu argumento o discrepar (sé, a ciencia cierta, que te avienes a que servidor sea en todo momento tu amigo Ángel, el vate, y, por lo tanto, a que pueda disentir de tu criterio) de él, todas/os vivimos inmersas/os en la ignorancia y acaso solo algunas/os consigamos rozar alguna vez a lo largo de nuestra vida alguna idea o actitud sabia.

Pues puedes (podéis) estar orgullosa (orgullosos) de ello. Iniciativas de ese tipo son las que hacen falta para cambiar a mejor el estado calamitoso de algunas cosas.

Yo, algunos días (acaso los que me levanto de la cama con el ego subido, por haber logrado concentrar alrededor de mi persona a tanto heterónimo y tanto apócrifo), tengo la refractaria impresión de ser la misma reencarnación de Fernando Pessoa y Antonio Machado juntos.

Supongo que ese hecho ocurrió así porque, una de dos, o mis abuelos maternos veían un derroche el doble viaje o no se fiaban de que mis padres viajaran a Ágreda solos.

Seguramente o, como dice el estribillo de la canción popular, a la que da título, que escribió en 1947 el compositor cubano Osvaldo Farrés: Quizá, quizá, quizá. No sé si el género humano ha hecho todo lo que se esperaba de él, le tocaba, correspondía o debía; a veces, considero que hemos sido excesivamente comodones y hasta vagos. Y (para insistir, dentro de mi optimismo proverbial, habitual, en mi esquina o rincón pesimista) que nos hemos conformado con hacer bastante menos de lo que podíamos y estábamos capacitados para llevar a cabo.

Bienvenidos (porque los prefiero) los altibajos, el frío y el calor, a lo tibio. Ya sabes lo que se lee en los versículos 15 y 16 del capítulo 3 del “Apocalipsis”: “Conozco tus obras; no eres frío ni caliente. Ojalá fueras frío o caliente, pero como eres tibio, ni frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca”.

Sí; eran otros tiempos. Así que podemos, pero no debemos, si pretendemos ser justos, juzgar aquellos comportamientos con los valores, principios y ojos actuales.

Acaso ocurran los dos hechos a la vez, que el tiempo se acorte y las actividades se alarguen. Con los años, lo que sí he venido constatando es que las hojas del calendario zaragozano van cayendo cada día más rápido, que el tiempo psicológico se me pasa volando. Verbigracia, no tiene nada que ver el transcurso de un día actual, raudo, con uno de la infancia, lento.

Si la muerte de cualquiera de mis semejantes me disminuye, la del guía político y cultural Emilio Gastón, fundador del Partido Socialista Aragonés, primer Justicia democrático de Aragón, y, entre otras muchas más cosas, poeta, me achica aún más. Que sea recordado y descanse en paz. Mañana leeré las líneas que le dedicas en tu columna al que ha finado sus días en la tierra.

No creo que los seres humanos hayamos retrocedido (ahora bien, acaso sí vea cierto retroceso en la ética y en la estética; antes había menos —o yo veía menos— comportamientos incívicos que en la actualidad). Tengo la impresión de que antes avanzábamos a paso firme y ahora lo hacemos a arreones. Pero tal vez se trate de los mismos ritmos de siempre.

Si me contaras lo que te contaron puede que me lo creyera (o que no, si lo que me relataras no lo considerara verosímil).

Otro (de tu amigo Otramotro).

Ángel Sáez García
[email protected]

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

Lo más leído