El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Dilecta Pilar, «todo está en los libros»

DILECTA PILAR, “TODO ESTÁ EN LOS LIBROS”

Dilecta Pilar:

Te agradezco sobremanera el comentario. Mi texto era emocionante o emotivo, sin duda, pero en él se habían colado de rondón dos clamorosos (esos son los que he visto esta mañana) yerros.

Al parecer, en algunas ocasiones (no en todas, solo en algunas), el arrobamiento o entusiasmo, como se predica también de la/s prisa/s, lleva aparejado el error (que una/o suele acompañar de la exclamación “¡qué horror!” cuando repara en él).

No sé dónde estuvo (o se detuvo) ayer el crítico literario que también acarreo, porto o porteo, que no me deja (eso pensaba hasta ayer) a sol ni a sombra. Tres veces leí el texto que te envié y tres veces di por bueno el (¡manda narices, qué falta de olfato!) solecismo: “que ninguna/o de las/os presentes o ausentes al ágape”. Así mismo, he advertido que coloqué una coma de más.

Como decía el estribillo de la sintonía que Fernando Sánchez Dragó encargó al poeta Jesús Munárriz y a la que puso música Luis Eduardo Aute (si no marro) para su programa “Biblioteca nacional”, de TVE (melodía que siguió usando en otros espacios televisivo-culturales posteriores, verbigracia, en “Negro sobre blanco”, que llevaba el sabroso y cervantino subtítulo de “El donoso escrutinio”), “todo está en los libros”. Así que seguiré el consejo implícito que cabe hallar en el párrafo inicial del prólogo que Aldous Huxley colocó a su novela “Un mundo feliz” (“El remordimiento crónico, y en ello están acordes todos los moralistas, es un sentimiento sumamente indeseable. Si has obrado mal, arrepiéntete, enmienda tus yerros en lo posible y encamina tus esfuerzos a la tarea de comportarte mejor la próxima vez. Pero en ningún caso debes entregarte a una morosa meditación sobre tus faltas. Revolcarse en el fango no es la mejor manera de limpiarse”) y procederé a corregir mis tachas, a borrar las máculas de mi texto. Y, a renglón seguido, a reenviarte mi urdidura (o “urdiblanda”), en esta oportunidad (a ver si lo logro), tan limpia como una patena.

Y te dejo, que tengo que coger el autobús para subir al Hospital “Reina Sofía”, donde van a hacerme una ecografía: tengo la bilirrubina alta (seguramente, motivada por una colelitiasis, como alguna tomografía axial computerizada que me hicieron antaño testimoniaba), como le ocurría a Juan Luis Guerra, según decía la letra de su canción.

Gracias, muchas gracias, por mantener operativo y eficiente el canal y tenerme informado. Celebro que las reuniones sean, a partir de ahora, más a menudo. Propongo que sean cada dos años, por ejemplo.

Otro abrazo (acompañado de dos ósculos). Te mando más para tus padres.

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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