El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Las prisas nunca fueron buenas consejeras

LAS PRISAS NUNCA FUERON BUENAS CONSEJERAS

Las prisas nunca fueron, ni son, ni serán (lo he comprobado un montón de veces, lo compruebo un día sí y otro también y, si sigo viviendo, intuyo que lo comprobaré otro acervo de tales, seguramente) buenas asesoras. Que por qué he venido hoy aquí a trenzar semejante perogrullada. Por lo que el lector, sea ella o él, si continúa leyendo, podrá confirmar o ratificar por su propia cuenta, meridianamente.

Acabo de leer en la edición digital de La Vanguardia la noticia, que firma Leonor (si no se molesta usted —no hallo, porque no hay en mis palabras, un ápice, mínimo o pizca de mala intención, de veras—, le diré que he caído en la tentación que me ha hecho mi diablillo y me he puesto el disfraz de “Chiquito de la Calzada ” y, jugando con su nombre de pila, lo he descompuesto, como acaso haría el tal, en Leo-no-r) Mayor Ortega, en torno a la pregunta en verso que el diputado del PSOE Torres Mora le ha hecho al ministro de Hacienda, Montoro, pero que, debido a la ausencia de este, ha tenido que contestar el de Educación, Cultura y Deporte y, asimismo, portavoz del Gobierno, Méndez de Vigo.

Leonor (le puedo asegurar que todos los seres humanos tenemos un mal día, todos; le puedo aseverar, otrosí, que el abajo firmante, que no es una excepción a dicha regla, también) escribe al final del primer parágrafo de su texto que la pregunta la ha hecho “en forma de soneto”. Lamento tener que contradecirle, pero la composición del parlamentario, que efectivamente, contiene catorce versos descabalados, pues no son endecasílabos (no miden las preceptivas once sílabas, ni llevan el acento en la sexta —ni son sáficos, que, como usted sabe, los portan en cuarta y octava—), en los que cabe advertir dos falsos —al principio, pensé que podrían ser alejandrinos, pero no, tampoco— cuartetos y dos falsos tercetos (ni siquiera el segundo pseudoterceto respeta la rima consonante o perfecta de “-uestos” con “argumentos”), no es un soneto. En el segundo de sus párrafos afirma que: “Torres Mora se ha dirigido al ministro de Cultura, Méndez de Vigo, con tono gongoriano y se ha interesado por el hecho de que el Gobierno no haya bajado el IVA al cine con dos cuartetos y dos tercetos muy trabajados”. Ese es su parecer. Errado, sin duda. Ya he explicado someramente por qué no son dos cuartetos ni dos tercetos arriba. Mi criterio, que disiente abierta y completamente, del suyo, es otro. Ignoro si Leonor ha leído alguna vez (perdone que use vitriolo o vierta aquí un humor sarcástico, pero me ha venido, velis nolis, impuesto) un soneto de Góngora. Puede. Ahora bien, me apostaría doble contra sencillo (dos cafés contra uno; que yo, al menos, procedo de familia humilde) a que no ha leído a ningún crítico literario (ella o él) que haya coronado alguna exégesis, por breve que haya sido esta, sobre algún soneto del poeta más culterano del Barroco español. ¿En qué me baso? En que es la primera vez que veo escrito el adjetivo “gongoriano”, así, porque siempre había leído y oído el aceptado por el DRAE y correcto, gongorino.

Leonor asevera en el párrafo final que “la elaborada pregunta de Torres Mora ha gustado a sus señorías”. Y, lo reconozco, a mí también. Lo que no me ha quedado suficientemente claro es si la forma verbal “sesentaba” es el imperfecto de indicativo del verbo “sesentar”.

Sea usted, lector/a, efectivamente, Leonor Mayor Ortega, o no, hágame caso y ríase de sí misma/o, pero hágalo, por favor, a carcajada limpia, a mandíbula batiente, hasta hartarse. Comprobará que los beneficios que le reporta dicha sesión de risoterapia, gratis et amore, son infinitamente superiores a sus escasos perjuicios. Hace muchos años probé conmigo mismo lo que hoy, encarecidamente, le recomiendo que haga. Y, tras dicha experiencia, recuerdo que escribí las siguientes palabras: “¿Qué alta inteligencia, si de verdad lo es, será incapaz de esbozar, de buena gana, una ingenua sonrisa y hasta de soltar, de buen grado, una sonora carcajada al contemplar su propia caricatura?”

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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