El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Epístola a Jesús, un epígono de Otramotro (CCCVI)

EPÍSTOLA A JESÚS, UN EPÍGONO DE OTRAMOTRO (CCCVI)

Dilecto Jesús (ese que yo sé), epígono de este aprendiz de ruiseñor:

La disciplina, como sabes, fue, es y será fundamental para lograr el grueso de los objetivos que uno se propuso, se propone y/o se proponga. Su compañía, para alcanzar o coronar este, ese o aquel menester, siempre fue, es y será bienvenida, de una ayuda tan apreciada que pocos estimaron, reconocen o valorarán como corresponde.

Eso es así, pero con una salvedad, porque no es lo mismo escribir que leer. Leo un libro al mes, como promedio. Y escribo un soneto al mes, al menos.

La pena verdadera, inconcusa y cierta de tantas actividades ante el cuatrocientos aniversario de la muerte de los dos genios es que serán los más (ellas y ellos) los que seguirán viendo la tele (actividad legítima, sin duda, pero menos, infinitamente menos, provechosa que otras mil opciones) y pocos, muy pocos, los que se llevarán alguna de las obras de los dos mentados maestros de las Letras a los ojos, actividad pesada, molesta, gravosa, sin duda, pero que les compensará ora con lo útil a raudales, ora con lo dulce a espuertas.

¿Se marchitarán (les cubrirá el polvo a) muchos de los libros regalados hoy, festividad de san Jorge, en la estantería (o el olvido) como las rosas obsequiadas? Demos tiempo al tiempo y veremos qué pasa. Mi deseo es que la mayor parte de los tales se lean de cabo a rabo (como adujo Plinio el Joven que solía decir su tío Plinio el Viejo, “nullum esse librum tan malum ut non aliqua parte prodesse”, o sea, “ningún libro es tan malo que no aproveche en alguna de sus partes”) y mi esperanza, que se desentrañen y, como lógico corolario, que se entiendan.

Bienhallada es esa cita que has escogido. Hace muchos años leí “La sombra del viento”, de Carlos Ruiz Zafón, que aprovechó las varias lecturas cervantinas que hizo, sin hesitación.

A propósito del miedo, conviene distinguir entre a quienes les gusta mucho ver películas de miedo y quienes, tras valorar la situación, se ponen a solventar sus problemas, los que sean, sin esconderse tras los demás, como suelen hacer los nenes y algunos “ninis”, adictos todavía, en cierta manera, a algunas nanas (pero a las de fregar no, a esas no).

Hace muchos años, cuando compartí piso con dos jóvenes tunecinos, Mohamed y Kamel, becados por el departamento de Educación de su Gobierno para continuar sus estudios en el IAMZ (Instituto Agronómico Mediterráneo de Zaragoza), quienes me enseñaron lo poco que sé de árabe clásico, en un poema escrito en francés, que Mohamed había colocado tras la puerta de su habitación, leí dos frases en francés que me llamaron sobremanera la atención. Una de ellas decía así: “A veces, el que va en cabeza está desfasado”; la otra: “El éxito es el fracaso que cambia de repente de rumbo”. Pues eso.

Rudyard Kipling en su celebérrimo (con razón) poema “If” (“Si”), viene a decir que si cumples, entre otras diversas condiciones, con esta, “si puedes encontrarte con el triunfo y la derrota, y tratar a esos dos impostores de la misma manera”, (…) “tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella, y —lo que es más—: ¡serás un Hombre, hijo mío!”. Pues eso.

Así es. En el Evangelio de Mateo, 7: 6, leemos: “No deis lo santo a los perros ni echéis vuestras perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y se vuelvan y os despedacen”. En 2ª de Pedro 2: 22 leemos y ratificamos o confirmamos lo propio: “Les ha sucedido a ellos según el proverbio verdadero: el perro vuelve a su propio vómito y la puerca lavada vuelve a revolcarse en el cieno”.

En la variedad está el gusto, dice la paremia española. Ahora bien, no sé qué miembro de la “gauche caviar” adujo que desayunar todos los días una docena de ostras regadas con champán alarga la vida. ¿Será verdad? Lo ignoro.

Te saluda, aprecia, agradece y abraza

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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